Modernidad e Inclusión

01 de Octubre 2022 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Tres razas, etnias o naciones -españoles, indígenas y africanos- se mezclaron genética y culturalmente, esa es nuestra base.

CLAUDIA VALLEJOS

Municipalidad de Santa Juana.

 

Cada vez más se habla de una sociedad inclusiva, es parte de la modernización que vive el planeta Tierra, entender que todos y todas tenemos las mismas oportunidades de elegir las cosas que queremos hacer. Empecemos por la definición: “la inclusión es lograr que todos los individuos o grupos sociales, puedan tener las mismas posibilidades y oportunidades para realizarse como individuos. Independientemente de sus características, habilidades, discapacidad, cultura o necesidades de atención médica”.

El texto es bastante claro y creo que la gran mayoría de las personas comparte esta visión, sin embargo, aún somos testigos de las diferencias y discriminaciones en todos los ámbitos. Una de las características de una sociedad inclusiva es utilizar los términos adecuados, las palabras crean realidades; cada vez que nos referimos a alguien por una característica física, la discapacidad que pueda tener o su orientación sexual y además utilizando un diminutivo, encasillamos a las personas sólo a esa característica y al hacerlo vamos acotando las posibilidades que estén insertos en la sociedad. En estos últimos años ha nacido un neologismo se encontró una forma no binaria para referirse a niños, niñas y grandes masas.

Les niñes, todes, se busca salir de la realidad hombre-mujer, femenino-masculino, que hemos estado viviendo hasta ahora, es más, generalizar a la raza humana como “hombre”, esos pequeños detalles se han entendido a lo largo de los años como discriminación de género, invisibilizando a las mujeres, entendiendo que somos un poco más de la mitad de los habitantes del planeta y ya entrados en el siglo XXI se está poniendo sobre el tapete una sociedad que también está compuesta por quienes se definen como homosexuales o no se identifican por ningún género, sin embargo los que se definen como heterosexuales y se arrogan ser la mayoría, hace distingos en el trato, en el campo laboral, en los derechos fundamentales, que es lo más profundo; no basta con entender, quizás no hay nada que entender, sólo verles como una persona más. Lo mismo ocurre con las diferencias raciales, etnias o nacionalidad.

En el Chile actual somos una mezcla, la formación de la América Hispana y el Reino de Chile fue el mestizaje y la consecuente gestación de una sociedad pluriétnica y multicultural. Tres razas, etnias o naciones -españoles, indígenas y africanos- se mezclaron genética y culturalmente, esa es nuestra base, sin embargo, muchos chilenos y muchas chilenas no se sienten identificados con ese mestizaje, refiriéndose al pueblo mapuche de manera despectiva o simplemente negando que las venas de todos y todas corre sangre de nuestros pueblos originarios.

En una sociedad inclusiva no se debiese hacer diferencias por la etnia, no debiese haber habitantes de primera o segunda categoría o estigmatizados por el color de la piel. Cuánto nos falta para ser una sociedad inclusiva, es un largo camino, debemos transitar hacia allá, a no entender un mundo con personas normales y anormales, sino, sólo personas con características, diferencias; habitantes de este país. Al parecer este es uno de los desafíos de la modernidad, mirarnos y aceptarnos, la globalización nos ha permitido vernos y entender que la otra persona es un ser humano como yo, con otras características, otros gustos, otra forma de vivir la vida, de hacer familia.