Todos los días es el Día del Clima

Entre las principales acciones para reducir las emisiones está la migración a sistemas energéticos renovables, como energía solar, eólica u otras. Respecto a la adaptación a las consecuencias del clima, ha de entenderse que la vida funcionará de acuerdo a otros paradigmas: bioeconomía, economía circular, constante anticipación a fenómenos y catástrofes permitirán una mejor subsistencia.

Dr. Claudio Toro Aedo
Director Ejecutivo Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa).

La Convención Marco de las Naciones Unidas, efectuada en 1992, consagró al 26 de marzo como el Día Mundial del Clima para generar conciencia y sensibilizar a las personas sobre su importancia, así como el impacto del cambio climático sobre nuestras vidas.

El cambio climático se refiere a las variaciones a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Si bien estas alteraciones pueden ser naturales, desde el siglo XIX que las actividades humanas han sido el principal factor, debido -principalmente- a la quema de combustibles fósiles.
Las concentraciones de gases de efecto invernadero se encuentran en su nivel más elevado en 2 millones de años, y las emisiones siguen aumentando. Como resultado, la temperatura de la Tierra es ahora 1,1 °C mayor que a finales del siglo XIX. La última década (2011-2020) fue la más cálida registrada.
Entre los efectos más relevantes del cambio climático está su impacto negativo sobre la salud de las personas, la reducción en la capacidad de producir alimentos y la menor disponibilidad de recursos hídricos. Hoy son cada vez más frecuentes los episodios de sequías prolongadas en diversas latitudes, que además aumentan el riesgo de hambrunas.

Hoy en día contamos con acuerdos globales para guiar el progreso, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, que consideran tres amplias categorías de acción: reducir las emisiones, adaptarse a los impactos climáticos y financiar los ajustes necesarios.

Entre las principales acciones para reducir las emisiones está la migración a sistemas energéticos renovables, como energía solar, eólica u otras. Respecto a la adaptación a las consecuencias del clima, ha de entenderse que la vida funcionará de acuerdo a otros paradigmas: bioeconomía, economía circular, constante anticipación a fenómenos y catástrofes permitirán una mejor subsistencia. Finalmente, financiar los ajustes necesarios es una inversión futura, ciertamente que no hacer nada será lo más caro en el largo plazo.

De acuerdo a lo observado, todo indica que para aterrizar lo mencionado, el camino son los esfuerzos colaborativos permanentes entre la industria, la sociedad civil, los centros del conocimiento y el sector público, que son actores relevantes e influyentes que definitivamente promoverán los cambios más trascendentales que hoy son cada vez más urgentes.

Como un ejemplo de lo anterior desde la Región del Biobío, el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa) es parte de la organización del XVI Congreso Internacional de Agroplasticultura Cidapa Chile 2022, un evento de clase mundial que en menos de un mes más apuntará a impulsar la implementación y desarrollo de nuevas tecnologías eficientes y amigables con el medioambiente para el sector agrícola.