Arauco tiene una pena

15 de Octubre 2021 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Como dijo Violeta Parra, son injusticias de siglos, y hoy, estamos ante una oportunidad histórica para que el Estado de Chile opte por fortalecer este dialogo y abandone fórmulas fracasadas que desconocen la deuda histórica que tenemos con los pueblos originarios.

María Victoria Ulloa Becerra
Abogada – Colectiva Justicia en Derechos Humanos Corporación y Oficina Jurídica.

Vivimos momentos políticos importantes en Chile marcados, lamentablemente, por señales contrapuestas de los actores políticos en torno al diálogo con el Pueblo Mapuche en el marco del conflicto en la Araucanía.

En pleno 12 de octubre, día en que deberíamos reflexionar sobre la relación del Estado de Chile con los pueblos originarios, el presidente Sebastián Piñera anunció la firma del decreto que declara estado de excepción constitucional en la macrozona sur por 15 días, permitiendo el despliegue de las Fuerzas Armadas para prestar apoyo en labores de prevención y control de orden público. Ello, ha recibido diversas críticas por tratarse de la repetición de una fórmula fracasada de militarización, y una medida inefectiva, considerando que estuvimos durante meses en estado de emergencia por la crisis sanitaria y ello no hizo mas que agudizar el conflicto.

Por otra parte, el camino del diálogo avanza, mediante la publicación del reglamento general de la Convención Constitucional el pasado 13 de octubre, que incluye principios rectores como la Plurinacionalidad y la Participación incidente de Pueblos Indígenas y Consulta Indígena. Ad portas de un nuevo aniversario del 18 de octubre, es importante recordar que las demandas de los pueblos originarios fueron protagonistas de la movilización social, lo cual devino en un mandato popular hacia la Convención Constituyente para la creación de una Nueva Constitución. A su vez, la inclusión de escaños reservados para pueblos indígenas fue una manera de abrir dicho proceso político a personas hasta ahora excluidas y empezar a saldar las deudas del Estado de Chile.

El resguardo de los derechos humanos de todas las personas que habitan el territorio de la Araucanía depende de solucionar un conflicto que, recordemos, tiene un origen histórico en las injusticias cometidas por el Estado de Chile durante la mal llamada “pacificación de la Araucanía”. Como dijo Violeta Parra, son injusticias de siglos, y hoy, estamos ante una oportunidad histórica para que el Estado de Chile opte por fortalecer este dialogo y abandone fórmulas fracasadas que desconocen la deuda histórica que tenemos con los pueblos originarios.