Sostener la esperanza
20 de Agosto 2021 | Publicado por: Diario Concepción
El debate político parece no dar cuenta y evidenciar cierta displicencia y desaprensión de la envergadura de la crisis, la presión inflacionaria y el estrés fiscal al que hemos sometido nuestra economía
Augusto Parra Ahumada
Presidente Fundación República en Marcha
En medio de una semana marcada por la negociación parlamentaria y de Cores de los distintos bloques, para inscribir sus candidaturas, la intensificación del debate de cara a la consulta que definirá la carta presidencial de uno de los pactos y la inscripción de las distintas listas el día 23. El debate político parece no dar cuenta y evidenciar cierta displicencia y desaprensión de la envergadura de la crisis, la presión inflacionaria y el estrés fiscal al que hemos sometido nuestra economía. Mientras la convención constituyente parece no ofrecer mayores esperanzas; el informe climático de la ONU advierte el carácter irreversible de los impactos de la acción humana; datos de la Fundación Sol en una nota publicada por el Diario de Concepción de esta semana, indican la pobreza en Biobío llegaría a un 47,5% al considerar exclusivamente los ingresos del trabajo. La violencia en la denominada zona de conflicto, en Tirua, esta semana ha cobrado la vida de dos personas inocentes quemadas vivas, una de ellas menor de edad, en un nuevo atentado terrorista y podríamos seguir con un larguísimo, deplorable y angustioso etc.
Sin embargo, aunque parezca paradójico anhelo a través de estas líneas contribuir a sostener la esperanza. Sí, sostener la esperanza en la ciudadanía y en una ciudadanía que, de cara a las próximas elecciones presidenciales, parlamentaria y de Cores pueda elevar los estándares de exigencia democrática a quienes aspiran a representarnos en cargos de representación popular, se trata de depositar el mandato de representación soberana, en aquellos que aprecien el dialogo y la deliberación inagotable en la búsqueda de acuerdos, el respeto y la tolerancia, en los que aprecian las vías pacíficas, democráticas e institucionales para empujar los cambios y creen en el valor de la república para amalgamar la nación como un proyecto colectivo capaz de interpretar el sentir de las mayorías siempre en el marco del Estado de derecho y con pleno respeto al derecho de las minorías para su plena inclusión, los que renieguen del populismo y la demagogia. En aquellos que se aproximen a las definiciones económicas desde el aprecio al valor de la solidaridad para acompañar a los que mas sufren, con crecimiento económico y responsabilidad fiscal y que entiendan la prioridad de una reactivación económica que genere empleo como imperativo moral, pero también capaz de movilizar capital y voluntades para el impulso de las economías de valor compartido, que entiendan la inversión como principio, el crecimiento económico como medio insustituible y una distribución más eficaz desde propósitos y objetivos compartidos definidos, para la promoción del desarrollo integral, inclusivo y sostenible como fin.
Los anhelos de paz y prosperidad de un país que avance hacia el desarrollo atendiendo a los nuevos paradigmas sociales, ambientales y económicos marcados por la pandemia, la emergencia climática y la revolución científica y tecnológica, solo son posibles de abordar con éxito por la política desde la colaboración y la asimilación de la incapacidad de la disputa ideológica y la polarización, para hacer frente a retos de gran envergadura. Sostengamos la esperanza en la unidad de propósitos para enfrentar un futuro común, inclusivo, cohesivo, humano y fraterno.