Regalados son caros
21 de Junio 2021 | Publicado por: Diario Concepción
Ustedes saben que, no contentos con tener esas 4 semanas durante febrero, muchos parlamentarios se despachaban viajes al extranjero usando la semana distrital sin control alguno.
Jorge Condeza
Ingeniero Comercial
Excelente sueldo; vacaciones de 4 semanas al año (como mínimo), asignaciones variadas y un séquito de asesores. Auto y chofer; sedes, teléfonos de alta gama, y muchos otros gastos sin tener que rendir cuentas. Y no bastando esa semanita al mes, la “distrital” y que algunos utilizan para desaparecerse, ahora el horario de trabajo sirve para asistir a matinales u otros programas de televisión donde se “comunican” con el electorado.
¡Le apuntó! Estoy describiendo muchos de los beneficios que tienen los parlamentarios y que en mi opinión deben terminar.
Ustedes saben que, no contentos con tener esas 4 semanas durante febrero, muchos parlamentarios se despachaban viajes al extranjero usando la semana distrital sin control alguno. Otros más emprendedores se pedían el martes, miércoles y jueves anterior a la semana distrital y así podían gozar de 15 días libres extras en invierno, primavera o verano. ¡¡Y anda a decirles algo!!
Hubo el caso de una diputada que se casó y pidió sus 5 días libres y como existe control de asistencia los martes, miércoles y medio día del jueves, ella solicitó que esos 5 días se les dieran 3 esta semana y los otros la próxima. Los pesados le aguaron su soñada luna de miel de 15 días “sin poner ni uno”.
Más pintorescos fueron los permisos constitucionales contemplados en la ley para que un parlamentario no pierda la pega por ausentarse más de 30 días del país. Hubo uno que lo usó a raíz de la celebración de sus 40 años de matrimonio y se despachó sus vacaciones en Bali o por ahí. Otro agarró a toda la familia y se fue 32 días a Europa. “Pedí los descuentos” dijo a su regreso, abusando de la ignorancia del pueblo que no sabe que por tener autorizado el permiso constitucional no le pueden hacer ningún descuento. Ningún caso en febrero, obvio; todos en invierno del hemisferio sur, para seguir disfrutando del sol del norte. Algunos, incluso estando fuera del país, extendían los permisos mediante simples cartas por fax.
Ya son muy añejos los casos de parlamentarios que contrataban a la cónyuge como asesora y luego la desconocían. O aquellos que pagaban arriendo por la sede de la cual eran dueños ellos, los amigos o parientes. Ni comentaré el caso firmas, que da para una columna especial. Pero muchos sin asistir aparecían firmando papeles que posiblemente nunca tuvieron a la vista.
Yo quedaría muy contento en la Constitución con varios temas, sobre todo con aquellos que busquen nuevas fórmulas para dar real separación a los poderes del Estado; a que Contraloría pueda fiscalizar hasta el último peso en el Parlamento; a que el Estado se comprometa a luchar contra la corrupción, o que todos tengamos el mismo sistema previsional. Pero nada colmaría más mi felicidad, que los parlamentarios pasen a ser funcionarios y se les apliquen las mismas leyes que al resto de los trabajadores:15 días de vacaciones como cualquier mortal. Trabajo de lunes a viernes y el que falta, hace la cimarra en forma reiterada, o no sabe de lo que se está hablando, se va para la casa.
Bueno, la columna por calidad de las leyes y el pésimo proceso legislativo la escribiré el próximo feriado.