¡Paren!

¿Alguien realmente sabe que ocurre? ¿Alguien puede detener este desangre de recursos públicos y de una vez por todas hacer con el dinero asuntos de real utilidad? ¿No será el tiempo de que paren y hagan la pega?

Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial

Con toda seguridad han escuchado esto de la Internacionalización. Quizás el caso más emblemático fue el Biobío Week que a fines de 2017 trasladó a más de 70 representantes de la región a Wuham, para diversas actividades políticas, culturales y comerciales. El gasto, cercano a $900 millones, fue principalmente financiado por el GORE a través de los denominados fondos FNDR.

Contraloría anunció los ya típicos sumarios (de los que a la fecha nada se sabe) lo que obligó a llevar los antecedentes a la Fiscalía, donde seguramente han sido archivados.

Pero como se sabe que el principal problema de la región-eminentemente exportadora-es la Internacionalización, entre el 2017 y 2018 se entregaron 80 millones a la Corporación Desarrolla BioBio para realizar el “Diagnóstico para una política de Internacionalización de la región”, el cual fue licitado en casi 30 millones, destinándose los otros 50 a los gastos administrativos que implicaba construir las bases de licitación, y que obviamente incluía encargados y suplentes. Es tan básico el estudio (y plagado de errores) que entre sus recomendaciones está el prospectar el mercado japonés para vender harina y aceite de pescado- a pesar que llevamos más de 30 años vendiendo a ese mercado- y un conjunto de otros asuntos que realmente debieron resultar impresionantes para las autoridades que lo leyeron.

El mismo año 2018, y sin haberse revisado el diagnóstico, se presentó un proyecto de la Universidad San Sebastián por 625 millones que solicitaba al GORE financiar 498 millones para instalar el Observatorio Biobío Internacional, que en 27 meses haría un “diagnóstico” de la situación, “perfilaría la oferta y demanda de internacionalización”, establecería la “Gobernanza” a través de actores relevantes del proceso (se les olvidó Prochile) y finalmente “articularían la internacionalización”.

De la revisión de las cifras: 162 millones en Recursos Humanos, 160 subcontratación de servicios con empresas externas; realización de un diplomado por 90 millones, 57 en difusión, 32 en gastos de operación, 55 en gastos de administración, 33 gastos de publicación y 35 en otros gastos. Gira internacional incluida.

Hay decenas de proyectos en las mismas condiciones. Miles de millones que se gastan en asuntos que no tienen ninguna relevancia y que acumulan decenas en gastos de operación, administración o publicidad. Y debe haber muchos otros que realmente necesitan el dinero para desarrollo de nuevos productos, investigación aplicada y tantas áreas que no cuentan con dineros suficientes.

¿De qué se trata realmente todo esto? “Proyectos de Internacionalización de la región”– “Embajadores turísticos” – “Grandes ideas para una región inteligente” o “Diagnóstico para la gestión del conocimiento de ecosistema de fomento productivo”, son algunos de los títulos de sofisticados proyectos que deberían tener un sistema de gastos e inversión muy distinto a como se hace en la actualidad. Aquí reparten a destajo recursos que no tienen ningún control o compran vía asignación directa estudios que no pasan ningún filtro, pero se obligan a licitar el papel de la fotocopiadora.

¿Alguien realmente sabe que ocurre? ¿Alguien puede detener este desangre de recursos públicos y de una vez por todas hacer con el dinero asuntos de real utilidad? ¿No será el tiempo de que paren y hagan la pega?