Más que una decisión política, una deliberación moral

18 de Marzo 2021 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

La abstención es finalmente enemiga de la democracia, representa una decisión moral que consiste en no hacerse cargo de las consecuencias de las decisiones políticas, para luego mostrar una supuesta independencia frente a los gobiernos.

Dr. Rodrigo Colarte Olivares
Académico Instituto de Teología UCSC.

El próximo 11 de abril el país enfrenta unas elecciones de constituyentes, gobiernos comunales y regionales. Y aunque parezca otra elección más, lo cierto es que define bastante más que el destino de los gobiernos locales y regionales, porque el resultado se proyectará hacia las parlamentarias y las presidenciales de noviembre. Pero, además, de ella saldrá el cuerpo colegiado que escribirá las reglas del juego que nos regirán en los próximos años.

La política es una actividad que padece un severo desgaste, pero todavía influye de manera decisiva en nuestras vidas y también en nuestras creencias. Votar es una responsabilidad cívica y también una deliberación ética que tiene consecuencias para la sociedad. Hay, por tanto, una responsabilidad individual en la construcción del bien común, que se inicia en el acto simple y a la vez relevante de votar.

La indiferencia por la cosa pública, que se expresa en la abstención, es común en sociedades donde existe certeza acerca del orden político. En las sociedades en transición, que pueden avanzar en direcciones diversas, la apatía electoral es un lujo. Desde hace mucho tiempo que no vota en Chile mucho más del 50% de los electores. Es decir, la dirección que ha tomado el país lo han decidido sólo uno de cada dos chilenos. Y esto no por un problema de exclusión, sino, más grave aún, por la renuncia voluntaria a un derecho que a la humanidad le costó siglos conseguir.

Es altamente probable que existan muchas razones, todas bien fundadas, que justifican la indiferencia electoral. Tal vez la cosa pública dejó de ser pública y ha sido capturada por intereses de distinto tipo que no viene al caso enumerar. Pero este es justamente el tiempo de levantar la mano, tomar la palabra o más simple aún, votar. No sufragar es una elección moral que se traduce en traspasar a otros la responsabilidad de elegir. Muchos piensan que así quedan al margen de la política, más allá de las erradas decisiones que toman aquellos que ejercen altos cargos, como si las decisiones del poder público fueran para ellos sólo una recomendación que pueden desatender.

La abstención es finalmente enemiga de la democracia, representa una decisión moral que consiste en no hacerse cargo de las consecuencias de las decisiones políticas, para luego mostrar una supuesta independencia frente a los gobiernos. La abstención es otro signo de nuestro tiempo: individualismo que rehúye los compromisos ya no con los demás, sino con las propias ideas y convicciones. Que otros hagan los cambios. Y si luego no te gustan, ya será demasiado tarde. El precio de renunciar a la libertad.