De roles y democracia

La democracia es un continuo que requiere de la responsabilidad y compromiso de todos con los principios y valores democráticos, tanto de los gobernantes como de los gobernados.

Erwin Eschmann Monsalve
Profesor del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción.

“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”, afirmaba Winston Churchill al resaltar que la democracia es el más perfecto sistema de gobierno para organizarnos políticamente, pese a sus deficiencias. Aquel sistema en donde la voluntad de una mayoría determina la orientación y asume la dirección de las instituciones representativas luego de elecciones libres y disputadas, en donde además se reconoce la dignidad humana promoviendo y garantizando los derechos fundamentales de las personas. En la democracia representativa cada uno tiene un rol. Los gobernantes deben gobernar con pleno respeto del Estado de Derecho, procurando siempre el bien común impulsando políticas públicas que mejoren la vida de las personas. Por su parte, los ciudadanos pueden fiscalizar al poder, ejerciendo sus libertades respetando los derechos de los demás y a las autoridades legítimas que los gobiernan. Es decir, para que la democracia funcione debemos comportarnos conforme a las mínimas reglas civilizatorias que nos permiten progresar en sociedad, de no ser así, la democracia comienza a morir.

Cuando una autoridad incurre en actos de corrupción en el ejercicio de sus cargos o cuando utilizan la fuerza ilegítima en contra de los ciudadanos o cuando pretenden exceder sus atribuciones, no están cumpliendo su rol en democracia; cuando grupos de personas utilizan la violencia para imponer una agenda política o acceder al poder no están cumpliendo su rol en democracia; cuando algunos creen que por el solo hecho de representar un gremio o por tener muchos seguidores o likes en las redes sociales creen que pueden gobernar o que su voluntad debe imponerse a las decisiones de aquellas autoridades que legítimamente ganaron su derecho a gobernar con las reglas de la democracia creyendo que un “me gusta” es igual a un voto en una urna, no están cumpliendo su rol en democracia; cuando algunos plantean que hay que “rodear”y “funar”a quienes piensan distinto para imponer su voluntad pretendiendo reemplazar la deliberación pacífica por la amenaza y el amedrentamiento, no están cumpliendo su rol en la democracia.

En consecuencia, la democracia no se puede imponer por decreto ni basta que se consagre en una Constitución Política, es un continuo que requiere de la responsabilidad y compromiso de todos con los principios y valores democráticos, tanto de los gobernantes como de los gobernados, cada uno asumiendo su rol y respetando el del otro.