Esos no cuentan

01 de Julio 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Abogado

Así de duro y real, así nos vemos representados ante quienes toman las decisiones de políticas públicas o bien influyen en ellas.

Andrés Cruz Carrasco
Abogado, magíster Filosofía Moral

“No, esos no cuentan” dicen con convicción e íntimamente, los que, por detentar un apellido con abolengo, pretenden estar por sobre todos. “Esos no cuentan”, dicen, para justificar que para ellos las reglas no son aplicables y que, dichas las cosas como son, los números tampoco. Si se contagian será por mala suerte, porque ellos no son irresponsables y lo más probable es que dirán que fueron infectados por algún roto o un empleado poco cuidadoso, y tendrán asegurada su cama y ventilador en alguna clínica del barrio alto metropolitano. “Esos no cuentan”, así pueden hacer funerales que para ellos son poca cosa y bastante sencillos, pero que para el resto de la chusma es una muestra más del trato diferenciado que reciben los más acomodados.

Así, sólo se cuentan los que son de la misma estirpe, pasándose por alto todo protocolo que es aplicable a la masa, que a toda prisa tienen que entregarle al cementerio sus familiares luego de muertos, con rituales abreviados al máximo si es que tienen la posibilidad de realizar algún hito para la despedida, tan necesario para cerrar los duelos. Pero que importa, si “esos no cuentan”. Se puede entonces tener cuanto conteo se quiera, para confundir aún más las cosas, 2 o 3 formas de establecer cuantos han muerto por el sacrílego virus extranjero y enemigo. De esta manera, aunque se invoque la transparencia para justificar tal falta de claridad y prolijidad, finalmente lo que se puede concluir es que en verdad todos “esos no cuentan”. Esta sencilla y breve alocución, pronunciada en un momento de profundo dolor, de forma espontánea, con desazón ante la inoportuna problemática levantada por haber desarrollado una “sobria” despedida de un par del clan, es honesta, por cuanto esta es la consecuencia de la más brutal de las segregaciones sociales y espaciales, y es que “no, esos no cuentan”.

El resto son comparsa, agregado, simple “munición” fungible del plato principal. Se pueden saltar restricciones y cuarentenas decretadas por ellos mismos, total, son los otros los que no cuentan. Serán necesarios como un recurso más, de carne de cañón, pero siempre de menor valor que el capital, porque son reemplazables y un adorno, que se asume con resignación, que son cosificados y que a lo más pueden llegar a adquirir el estatus de una mascota cuando cumplen su función y son leales. Pero respecto de los demás, “no, esos no cuentan”. Así de duro y real, así nos vemos representados ante quienes toman las decisiones de políticas públicas o bien influyen en ellas. A los que son ajenos al privilegio de la cuna, los que deben asumir que respecto de ellos, se dice: “no, esos no cuentan”.