La ley faltante de la robótica

16 de Julio 2019 | Publicado por: En el Tintero

A  los persistentes integrantes de la tercera y cuarta edad, les debe resultar familiar Isaac Asimov, el célebre autor de la trilogía “Fundación”, allí, los sabios antiguos, sabedores del futuro remoto, habían dejado testimonios holográficos para momentos de crisis, mensajes para resolver la situación, siempre con notable éxito. Como en  la en la  antigua Roma, la lectura obligada de los libros sibilinos, en tiempos confusos, para encontrar alguna salida, lo que siempre ocurre, porque siempre se sale, solo que no siempre bien.

Asimov se puede transformar en lectura obligada ante la velocidad de los nuevos acontecimientos, la presencia entre nosotros, no solo de migrantes, sino de robots, estos últimos con potencialidades múltiples y algunas  preocupantes, como puede ser la capacidad de pensar cosas con su inteligencia artificial, que para efectos prácticos puede ser mejor que la natural, o sea, la de nosotros

Ante esta posibilidad este autor redactó las tres leyes robóticas, a saber; Primera ley “Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño”. Segunda ley, “Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª ley” y Ley tercera; “Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley”.

Hasta ahí vamos bien, pero resulta que Asimov pensaba más bien en el modo combate, no tanto en el modo trabajo, en el cual los robots nos pueden quitar la pega, por ser, a lo mejor, demasiado competentes. A los fabricantes se les olvidó una cuarta ley, no inventar robots que sean más inteligentes que nosotros.

 

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