Cosas que pasan en Seredip

17 de Junio 2018 | Publicado por: Procopio

Fleming, Alexander, profesor de bacteriología británico, decidió, en agosto de 1928, tomar vacaciones, en pleno verano inglés. Cuando regresó a trabajar, en septiembre, descubrió que era un genio, no inmediatamente, pero dentro de poco. Como clásico sabio sucio, había dejado el laboratorio patas para arriba, con todos los frascos hechos un asco y el típico olor a bichos anaeróbicos, lo contrario del perfume de las rosas.

Entre tanto revoltijo había una placa de cultivo de Estafilococos en la cual se había instalado una colonia de hongos, igual que en la superficie de una mermelada olvidada en el fondo del refrigerador, ahí aparece la pequeña y definitiva diferencia con los mortales comunes, no tiró a la basura la placa en cuestión, sino que observó que en la periferia de la población de hongos había ausencia de estafilococos, que habían sido aniquilados por los invasores. Eureka!, hay un efectivo asesino de microbios altamente mortíferos. Al determinar la familia de anti bichos denomina al producto Penicilina.

Hay un cuento de hadas, “Las tres princesas de Serendip” una isla donde ocurren cosas buenas sin buscarlas. Una expresión en inglés ”serendipity”, expresa exactamente eso, lo que ocurre de pura buena casualidad, de pura buena suerte, pero en el caso de algunos descubrimientos, no pocos, está el requisito adicional de reconocer la oportunidad y sacarle provecho, como el técnico de la 3M, que al ver el fracaso de un adhesivo experimental, que no terminaba de secarse y pegar lo que fuera de una vez por todas, aprovechó esa condición para inventar los papelitos adhesivos amarillos y después de todos colores que con el nombre de Post-it se usan a pasto en un millón de oficinas.

Moraleja, mire bien las cosas antes de tirarlas a la basura

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