Requisitos para el derecho a pataleo

10 de Diciembre 2017 | Publicado por: Procopio

Persiste la tendencia al alejamiento entre los políticos y la ciudadanía, repetición casi nauseosa de un hecho que no deja de representarse a la menor oportunidad, sin variaciones notables, hasta llega a parecer que no importa, que sencillamente las cosas son así.

Sin embargo, hace falta sacudir esta circunstancia, quitarle la condición de realidad inconmovible, porque la consecuencia indeseable es el distanciamiento de la cosa pública, el bien de todos, es el establecimiento de un estado de apatía letárgica, que no consiste solo en no interesarse, sino, después de un tiempo, dejar de estar presente, percibir el accionar de la República como un ruido inconducente, ajeno e irrelevante. Actitud que es una trampa de extrema peligrosidad.

La alta abstención, aunque ha disminuido un poco, no se sabe por cuánto tiempo, parece tener por lo pronto tres causas; en primer lugar, que la gente no cree que la decisión de votar les modifique en nada su vida; en segundo lugar, razones logísticas, que los eventuales elegidos se moverán por sus propios fines y el así llamado clima electoral, el ambiente que se crea por diversos medios para que la ciudadanía incorpore la trascendencia de ese acto cívico.

Hay que seguir educando en el sentido de vivir en comunidad, que involucra un equilibrio entre deberes y derechos. La transformación de una persona en parte de la sociedad es un proceso que incluye conocimiento, la existencia de modelos consistentes y confiables, de buenos ejemplos. Es indispensable tener un número suficiente de buenos ciudadanos para hacer efectivamente uso de las herramientas de la democracia y, en consecuencia, no correr el riesgo de dejarla en manos de quienes tienen intereses propios, en reemplazo de aquellos comunes y compartidos.

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