El valor de conducir sin los efectos del alcohol

Cuando durante fin de año las familias de nuestro país y Biobío se preparan para recibir el año 2026, siempre es bueno recordar y sumarse a la campaña por no conducir si se ha ingerido alcohol u otra droga.

Aquí es importante no sólo considerar el cuidado personal, sino también tener muy presente que, en caso de accidente vehicular, por este motivo, no solo se pone en riesgo quien conduce, además de las y los acompañantes y también a terceros, sean otros vehículos, ciclista o peatones. Personas que nada tiene que ver con acciones irresponsables de otros, pero que se ven envueltas en situaciones complejas.

En ese contexto, llama la atención la quinta Radiografía al Consumo de Alcohol en Fiestas de Fin de Año, estudio de la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor) y Cadem que se presentó en días recientes, tras encuestar a hombres y mujeres mayores de 18 años del país. “Esta radiografía muestra una normalización muy peligrosa y que el miedo a la sanción o a la pérdida material pesa mucho más que la conciencia del riesgo humana. Como Aprocor queremos ser muy claros: ningún viaje, ni ninguna celebración, justifica que alguien conduzca después de beber”, advirtió Juan Pablo Solís, presidente de la asociación.

Lo anterior, sin duda nos coloca, como sociedad, en una posición incómoda, respecto de donde establecemos los valores que deben regirnos.

Es así que, entre principales resultados está que 61% de los encuestados cree que a quienes conducen tras beber alcohol les preocupa mayormente ser detenidos y 19% chocar el propio vehículo, mientras solo 11% considera que es la posibilidad de causar daño grave o la muerte a otros. Además, confirmó la creciente normalización de la conducción con alcohol. El 44% cree que es muy o algo probable que un familiar o amigo maneje bajo sus efectos en estas fiestas y en 2024 fue 38%; y 43% considera “socialmente aceptado” conducir en estado etílico en Año Nuevo, y fue 35% en 2024. Y hay gran indolencia frente a los accidentes: 70% cree que a los chilenos “les da lo mismo” si un año hay más o menos fallecidos. También, el 55% percibe poco o nada probable ser fiscalizado, 21 puntos más que 2024, y sólo 10% cree que quien conduce con alcohol enfrentará un castigo ejemplificador. Además, la mitad no tiene claridad sobre las sanciones legales por manejar con alcohol.

Bajo ese ese escenario, y dada la época de celebración, siempre debemos llamar a la conciencia de las personas para evitar el peligro de manejar bajo efectos de alcohol. Desde hace años se hacen campañas estatales con dicho fin, pero los accidentes por esta causa no cesan. ¿Hasta cuándo?