Negociación Ramal y su debate

La participación de entidades civiles, aquellas relacionadas con grupos de representación toman protagonismo y más todavía cuando esto responde a una agenda relacionada con políticas públicas.

Sin duda que una de las grandes vías de respiración de una sociedad democrática es el debate.

La presentación y diferencia de ideas en público enriquecen mucho más el ambiente y el bienestar del propio modelo.

De ahí que la participación de entidades civiles, aquellas relacionadas con grupos de representación toman protagonismo y más todavía cuando esto responde a una agenda relacionada con políticas públicas.

Este cierre de año está observando todo aquello desde el proyecto de Negociación Ramal que impulsa el Gobierno. De ahí que gremios y mundo sindical discrepan en cuanto a posturas.

El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) provincial- Concepción, Mikel Capetillo, sostuvo que la negociación ramal es un anhelo histórico planteado en distintos Gobiernos cuyos fundamentos han sido expuestos internacionalmente.

“Hay que recordar que somos uno de los países de la Ocde con niveles más altos en desigualdad, por lo que, más allá que pueda avanzar o detenerse un proyecto de ley de negociación ramal con un nuevo Gobierno, lo que nos interesa, por lo menos, es que quede instalada la propuesta”, dijo.

Michel Esquerré, presidente de Pymemad, fue enfático en señalar, que “antes de estar discutiendo este tipo de propuestas, el Estado tiene que hacer un ordenamiento y una modernización del sistema de clasificación de pymes para entender qué es una pyme y cómo le afectan las leyes al desarrollo de las mismas, porque creemos que Chile sin un fomento real para el desarrollo de las pymes dado el grado de concentración económica que tiene, no va a seguir progresando (…). Debemos tener primero un buen diagnóstico de qué es cada pyme en cada uno de los sectores productivos”.

Esto, seguramente, se va a mantener durante toda la tramitación en el Congreso. Pero son estas posturas distintas las que al final del día terminan siendo sanas para el avance de políticas públicas. El debate siempre tiene que ser lo central, pues es así y ahí donde una sociedad y su institucionalidad se fortalecen en vista de una eventual nueva normativa.