Eliminación de bolsas de plástico

Más allá de normativas e imposiciones, lo cierto es que lo principal para generar una cultura sin plásticos es crear una conciencia que parta desde cada círculo familiar.

Ayer se conmemoró el Día Internacional libre de bolsas de plástico, con un objetivo claro: reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable. En el día a día, las bolsas de plástico se han convertido en uno de los objetos más cotidianos y también uno de los más perjudiciales para el medio ambiente.

Las bolsas de plástico tardan más de 500 años en descomponerse. Se estima que cada persona gasta una media de unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo. Al no ser reciclables, quedan en el planeta perjudicando a todos los seres vivos, y también, lamentablemente, es común ver este tipo de desechos en mares y océanos, generando un impacto mayor en el medio ambiente.

A los océanos llegan cerca de 12 millones de toneladas de plásticos cada año. Estos residuos suponen una grave amenaza para los océanos y las especies marinas. Uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos. Hoy, alrededor de cinco mil billones de bolsas plásticas son consumidas anualmente en el mundo, un 70% de las cuales termina en océanos y vertederos y un 12% incineradas, con la consecuente generación de gases de efecto invernadero.

En Chile, se han tomado medidas para avanzar en este tema.En 2018 se implementó la normativa para disminuir la entrega de bolsas plásticas en el comercio -fue el primer país latinoamericano en establecer una legislación así-, que comenzó con un máximo de dos y actualmente ya está en cero. Sin embargo, igual es común encontrar en supermercados, como en la sección de frutas, y también en negocios de barrio.

Resulta casi imposible limitar el uso de las bolsas plásticas, independiente de cualquier normativa o disposición que establezca. Más allá de eso, para avanzar en la materia es importante que se genere una conciencia dentro de cada círculo familiar, de tal manera que desde la propia comunidad se transforme en un hábito no utilizar este tipo de bolsas. Como ocurre con muchas otras situaciones, que existan leyes es un paso relevante para iniciar una ruta, pero lo fundamental es que la ciudadanía se involucre y, sobre todo, ayude a crear mejores costumbres hacia las nuevas generaciones.