El turismo como polo de desarrollo

28 de Junio 2022 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Fotografía: Trekking Laguna Pirquinco, Ralco | Facebook

Para revitalizar el turismo en Biobío es necesario el empeño de autoridades, del Estado en apoyo a las empresas de menor tamaño, como también del compromiso por parte del mundo privado.

El turismo, la “industria sin chimeneas”, necesita de un impulso en Biobío. Es uno de los sectores más golpeados por las restricciones sanitarias: caída en los viajes y consumo interno, además del desplome de turistas internacionales. Si bien hay un repunte en los últimos meses, la actividad está lejos de sus mejores momentos prepandemia.

Reportaje publicado en la edición de ayer por Diario Concepción muestra el caso de la Caleta Tumbes. Según La “Agrupación de Dueños de Restaurantes de Caleta Tumbes”, el comercio gastronómico registra una caída de 40% en las ventas en los últimos dos meses. Después de un año y medio a puertas cerradas por la pandemia, decenas de centros de comida típica que operaban de lunes a lunes hoy deben contentarse con tres o cuatro días a la semana. No hay demanda para más, y las consecuencias son obvias: cierre parcial de los locales, despidos de trabajadores y reducción de los ingresos de hombres y mujeres que viven del mar. En Lenga la situación es idéntica y en ambas localidades hubo aumento de precios, lo que dificulta aún más al turismo gastronómico.

Resulta casi innecesario señalar la importancia de la oferta turística y gastronómica de pequeños y medianos empresarios y su impacto para la economía regional. Miles de familias y puestos de trabajo dependen directamente de actividades turísticas centradas en servicios y gastronomía. Saltos del Laja, Quillón y Concepción suelen concentrar el mayor número de visitantes, pero hay un gran número de destinos también apetecidos por quienes desean conocer un poco más de Biobío. Diversos programas fueron desarrollados, en distintos gobiernos, para establecer rutas turísticas a la Zona del Carbón, San Rosendo y Alto Biobío. Sin embargo, muchos de estos programas fueron descontinuados y la emocionante belleza regional puede dejar de ser atractiva si no es acompañada de una excelente relación precio-calidad, añadida a la atención adecuada. El turista no suele dar segundas oportunidades.

El turismo hacia y al interior de Biobío es un potente polo de desarrollo y es clave entregar respuestas en materia de infraestructura, recursos humanos y materiales en forma permanente. Para revitalizar el turismo en Biobío es necesario el empeño de autoridades, del Estado en apoyo a las empresas de menor tamaño, como también del compromiso por parte del mundo privado.