La todavía faltante presencia de la mujer en ciencia y tecnología

12 de Diciembre 2019 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Fotografía: Archivo | Copesa

Las carreras con menor intervención del género femenino son técnico en mecánica automotriz e ingeniería mecánica, una tendencia que está mostrando signos de disminución, en la medida en que las mujeres sean capaces de abandonar prejuicios en relación con determinada formas de trabajo.

El año académico de la educación superior, como en los otros niveles, está teniendo en muchos casos un cierre irregular, diferente para cada carrera universitaria, dentro de marcos generales de la respectiva institución. Con el fin de regularizar esta situación el año 2020, las casas de estudios superiores han utilizado todos sus espacios para dar a conocer las propuestas académicas a los nuevos estudiantes, mostrando indicadores de calidad, especialmente los niveles de acreditación y la calidad de su cuerpo docente, así como las bondades de la infraestructura que ofrecen.

No sucede exactamente lo mismo con la educación superior técnico profesional y, muy particularmente, con el papel que las mujeres desempeñan o podrían desempeñar en ese ámbito, un bajo perfil sorprendente si se recuerda que las mujeres que estudian en la educación superior son mayoría. En efecto, desde el año 2009, las jóvenes superan a los hombres en los estudios en Universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica, llegando este año a un 52% de participación, de acuerdo con los últimos datos entregados por el Consejo Nacional de Educación (Cned).

Esta virtual paridad en el porcentaje de mujeres y hombres se desdibuja notablemente si se examina la distribución del alumnado en las diferentes carreras y centros de estudio. En ese contexto, se observa que, en algunas disciplinas, se manifiesta un sesgo histórico para un género específico, como es el caso del área de salud y educación, donde existen mayoritariamente mujeres, con una participación de 76% y 74% respectivamente (descartando la carrera de Medicina, en la primera área), mientras que el sector de tecnología llega a un porcentaje de parecida magnitud, si bien en este caso los porcentajes son ampliamente mayoritarios para los hombres.

Además, según la información del Cned, las carreras técnicas también muestran áreas preferenciales según el género. Así, las carreras con menor intervención del género femenino son técnico en mecánica automotriz e ingeniería mecánica, una tendencia que está mostrando signos de disminución, en la medida en que las mujeres sean capaces de abandonar prejuicios en relación con determinada formas de trabajo. En palabras de una estudiante técnico-profesional, “hemos logrado vencer el estereotipo o prejuicio que la sociedad nos ha impartido desde pequeñas, se nos intenta segmentar, pero ahora demostramos que depende de gustos y capacidades”.

Así también, de la menor participación en carreras técnicas tradicionalmente masculinas, la mujer presenta una menor representación en el mundo de la ciencia. Según información indicada por Concyt, se mantienen importantes brechas en la participación de mujeres en la formación y promoción de carreras científicas, en dos modalidades: inequidad horizontal, con baja participación de mujeres en las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; e inequidad vertical, es decir, la disminución en la participación de mujeres en la medida en que avanza la carrera de investigadora y su consecuente menor presencia en puestos de mayor liderazgo científico.

No hay razón alguna para discriminar por género el ingreso a estudios superiores, en tanto, está claramente probado que restar a las mujeres en este ámbito es perder un potencial considerable de crecimiento para el país, no sólo en cantidad, sino cualitativamente. No ocupar debidamente esos espacios constituye una pérdida que no estamos en condiciones de asumir.