Plan Industrial del Biobío: ministro resalta su impacto en empleo y reconversión
28 de Septiembre 2025 | Publicado por: Bruno Rozas Hinayado
Gobierno afirma que 40% de extrabajadores directos de Huachipato trabajan en otras empresas
En medio del complejo escenario que significó el cierre de la siderúrgica Huachipato, el Gobierno impulsó el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, una iniciativa que busca contener los efectos laborales inmediatos y, al mismo tiempo, proyectar nuevos polos de desarrollo productivo en la región. El ministro del Trabajo y Previsión Social, Giorgio Boccardo, aborda los avances alcanzados a un año de la creación del Plan, las medidas implementadas para proteger el empleo y los desafíos que enfrenta la región para consolidar su reconversión industrial.
-¿Cómo evalúa la gestación del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío y el Foro Estratégico?
En primer lugar, me gustaría resaltar que lo que hoy se conoce como Foro Estratégico del Plan Industrial del Biobío es una iniciativa que está conformada por distintos actores empresariales, sindicales, del gobierno central, del gobierno regional, entre otros. Este emerge de una coyuntura sindical, que se conoce como la Mesa por la Defensa del Empleo y la Industria, incluso antes de que se produjera el cierre de la siderúrgica Huachipato y en un contexto bien inédito, donde un grupo importante de organizaciones sindicales le proponen, en este caso, al gobierno y a los ministerios de Economía y Trabajo un espacio donde se pudiera discutir sobre la recuperación de la industria en la región.
Eso es bien inédito porque uno, en general, tiende a tener una relación con el mundo sindical más asociada a demandas laborales, salariales, pero aquí había una preocupación específica para recuperar un polo histórico del país, como es la Región del Biobío.
Y si bien la coyuntura de Huachipato, con su lamentable cierre, que, como sabemos, es una decisión unilateral que toma la empresa en su momento y que, como gobierno, hicimos distintas estrategias para intentar evitar ese cierre, generó que se fuera configurando un espacio tripartito en el Foro Estratégico del Plan Industrial, donde hay representación de gremios empresariales y que se está plasmando en un esfuerzo inédito de trabajo intersectorial, para volver a recuperar, y en algunos casos perfilar con líneas de futuro, el desarrollo industrial de la región. Eso me parece que, ya a un año de la creación del foro y el desarrollo del plan, es algo bien relevante.
-Tras el cierre de Huachipato existía una gran preocupación por un posible aumento drástico del desempleo en la región del Biobío. ¿Qué medidas concretas implementó el Gobierno para enfrentar esa coyuntura laboral y qué resultados se han observado hasta ahora?
Nosotros dijimos que, después de que se cierra Huachipato, primero había que abordar la situación más coyuntural en materia de empleo. Eso no sólo significó acompañar a los trabajadores y sindicatos en todo el proceso de finiquitos, de cumplimiento de los convenios colectivos, de las salidas de las personas que fueron desvinculadas de Huachipato, los trabajadores directos, para que ese proceso se desarrollara de buena manera.
Nosotros ahí pusimos herramientas a disposición a través de la Dirección del Trabajo, pero también, a propósito de distintas preocupaciones que había en materia de empleo, tanto en la región como particularmente en Talcahuano, desarrollamos dos líneas que son parte de las primeras medidas que están establecidas en el Plan de Fortalecimiento Industrial.
Estas justamente buscaban abordar la situación coyuntural, sobre todo enfocadas en las contratistas de Huachipato, ya que un primer objetivo era evitar una coyuntura laboral negativa. Hay que recordar que, en su momento, se habló de que en la región el desempleo iba a estar sobre los dos dígitos; se habló de cerca de 20.000 puestos de trabajo potenciales que se verían afectados y nosotros evaluamos positivamente tanto lo que ha sido el Subsidio de Retención Laboral, que permite en sus primeros meses haber bonificado a 48 empresas contratistas, haber defendido 751 plazas de trabajo, con montos totales por cerca de 890 millones de pesos, y, posteriormente, con una extensión que nos solicitaron las mismas empresas, que permitió mantener relaciones laborales por algunos meses más.
En ese sentido, y sumado al Subsidio de Relocación de Personas Dependientes, que son personas que hayan pertenecido a la siderúrgica, tanto directos como indirectos, en caso de que fueran contratados en otra empresa también tenían un subsidio para facilitar su contratación, estas medidas fueron bien importantes, porque si uno ve al día de hoy las cifras de empleo de la región, creo que efectivamente los efectos más catastróficos que alguna vez se anunciaron, estas medidas ayudaron a combatirlos de buena manera.
Hoy sabemos que, al menos, cerca del 40% de los trabajadores directos de Huachipato se encuentran trabajando en otras empresas. (…) Cerca del 60,8% de los trabajadores que estaban en las contratistas de Huachipato al momento del cierre hoy se encuentran trabajando en un empleo asalariado formal, lo cual nos parece una buena noticia.
-Usted mencionó la implementación de cursos de capacitación inéditos y de larga duración para los trabajadores directos e indirectos de Huachipato. ¿Cómo evalúa el impacto de estas instancias en la reconversión laboral y en la generación de nuevas oportunidades de empleo en la región?
Me gustaría destacar una serie de cursos de capacitación que son bien inéditos en materia laboral. Eran cursos de capacitación de larga duración que estaban enfocados en oficios calificados. Hay que recordar que los trabajadores directos e indirectos son trabajadores bastante calificados y, por lo tanto, apuntamos a cursos de Mantenimiento Industrial, instalaciones eléctricas, manejo de maquinaria especializada, entre otros. Esto justamente para abordar con estos trabajadores oportunidades de reconversión laboral en sectores similares, pero que, probablemente, por una naturaleza diferente a la de la siderúrgica, requerían ciertas competencias por medio de capacitación. Eso es importante, porque tuvimos cerca de 293 personas que terminaron los cursos y que hoy tienen mejores herramientas para su capacitación laboral. A esto hay que sumarle que adelantamos la decisión en Sence de que la Agencia Regional de Empleo de la región comenzará a operar desde marzo de 2025. Realizamos diferentes ferias laborales específicas para los trabajadores de la siderúrgica. También hicimos match con empresas mineras y de otros tipos para ampliar la oferta laboral. Creemos que las políticas laborales que estaban incluidas en el plan han funcionado de buena manera.
-¿Cuáles son ahora los principales desafíos para consolidar nuevos polos de desarrollo industrial y asegurar la inserción de la fuerza laboral en estas transiciones productivas de la región?
Nos parecía que era relevante poner, como lo llamé yo, “un cortafuego” que evitara que se produjera una situación laboral más gravosa y, justamente después de haber contenido esa situación, es que, a un año del inicio del Plan de Fortalecimiento Industrial, por lo menos en materia laboral, se evitaron los efectos potencialmente más negativos que podría haber propiciado esto en caso de que el Estado y el gobierno no hubieran realizado estas acciones.
Y hoy el desafío en materia laboral es seguir profundizando estos polos de desarrollo industrial que están contenidos en distintas iniciativas del plan y preparar a la fuerza laboral de la región justamente para que se inserte en estas transiciones laborales que están viviendo distintos sectores industriales, tanto en Chile como particularmente en la región.
-¿Qué acciones concretas se están impulsando para asegurar esa continuidad y dar estabilidad a las inversiones y polos productivos más allá de un gobierno de turno?
Este tipo de planes es importante que sean apropiados por la región, por los Gobiernos Regionales. En general, este tipo de iniciativas trascienden los tiempos políticos de un gobierno nacional. Entonces, si la región no se los apropia ni los asume como propios, es difícil materializar ciclos de inversión, ciclos de desarrollo y de polos productivos que trascienden cuatro años.
Por lo tanto, algo que es muy importante, y que a veces tiene que ver con ir construyendo confianzas políticas en torno a este tipo de iniciativas, es fundamental para su proyección en el tiempo y no puede depender del gobierno de turno, porque a veces hay desarrollos industriales, apuestas del sector privado, iniciativas de inversión en obras públicas que demoran más tiempo y se requiere esa convicción. Creemos en eso y en eso nos enfocaremos en estos meses de gobierno que nos quedan, para que se mantengan, porque al final este es el Plan de Fortalecimiento Industrial para y de la Región del Biobío.
-¿Qué mensaje le gustaría transmitirle a la región respecto al rol que cumplirá el Gobierno Regional en la continuidad del Plan de Fortalecimiento Industrial?
Por un lado, vamos a estar a finales de septiembre en una nueva sesión del Foro con el ministro García, primero para seguir empujando los objetivos del plan, viendo dónde hoy están los principales nudos que permitan acelerar varios proyectos de inversión que están comprometidos en la región para los próximos meses. Asimismo, esperamos seguir fortaleciendo el diálogo con el gobernador de la región, que creemos debe cumplir un rol muy protagónico en el Plan de Fortalecimiento Industrial y, en ese sentido, haremos esfuerzos de diálogo para seguir profundizando esa colaboración que se ha logrado con el Gobierno Regional en el plan.