Mesa por el Empleo: balance empresarial apunta a continuidad y nuevas inversiones

28 de Septiembre 2025 | Publicado por: Bruno Rozas Hinayado
Fotografía: Raphael Sierra

Representantes del mundo privado del Biobío destacan avances, pero demandan más agilidad en inversiones.

A más de un año de su creación, la Mesa por la Defensa del Empleo y la Industria del Biobío se ha convertido en un espacio clave para enfrentar los efectos que dejó el cierre de la siderúrgica Huachipato y la pérdida de miles de empleos en la zona.

La instancia, que agrupa a sindicatos, gremios productivos, autoridades locales, ministerios sectoriales, el Gobierno Regional, la academia y organizaciones sociales, ha logrado articular un plan de acción que hoy se entrelaza con el Plan de Fortalecimiento Industrial impulsado por el Ejecutivo.

El programa contempla 32 medidas distribuidas en cinco ejes, entre ellas subsidios para la retención laboral de proveedores, capacitación y reconversión de trabajadores, ferias de empleo y mecanismos de apoyo financiero para pymes ligadas a la cadena productiva. Sin embargo, desde el mundo empresarial advierten que el esfuerzo aún tiene importantes brechas y que el verdadero desafío será dotar de continuidad y agilidad a las medidas, más allá de la contingencia inmediata.


La visión empresarial: avanzar con rapidez y diversificar la economía

Uno de los diagnósticos más recurrentes en el sector privado es la necesidad de acelerar la tramitación de proyectos y permisos que permitan dinamizar la inversión regional. Al mismo tiempo, existe consenso en que el Biobío no puede depender únicamente de dos o tres industrias tradicionales, sino que debe diversificar su matriz productiva.


Álvaro Ananías, presidente de la CPC Biobío, subrayó que el trabajo con el Ministerio de Economía ha permitido abrir conversaciones directas sobre temas críticos, como la pesca y el sector forestal. A su juicio, la disposición del titular de Economía a recoger los planteamientos de los gremios muestra una señal positiva.

“Nos parece muy positivo el tono y la actitud con que el ministro está enfrentando los problemas y desafíos del Biobío. Apenas asumió, le hicimos ver las dificultades en sectores relevantes como la pesca y el forestal, y ahora ya se anunció que se acogería nuestra petición de bajar la urgencia al proyecto de subasta de cuotas de jurel y abrir una mesa técnica para analizar sus impactos. Eso muestra que se tomó conciencia de la magnitud del problema”, valoró.


Ananías también destacó que se incorporará en el presupuesto una glosa para abordar la deforestación, pero insistió en que el Gobierno debería priorizar con mayor rapidez aquellas iniciativas que puedan generar impacto inmediato en la economía regional.

“En el tiempo que le queda de administración, lo ideal sería hacer un fastrack de los proyectos que son más acelerables, para que el impacto se note lo más rápido posible. Hay que cuidar las industrias relevantes y, al mismo tiempo, avanzar en nuevas inversiones para la región. Esas son las dos palancas con las que tenemos que trabajar”, enfatizó.


El líder gremial sostuvo, además, que el plan en curso enfrenta tensiones internas. “Por un lado, ayuda a acelerar la inversión, pero por otro afecta a un sector importante de la industria. Eso no conversa. Por eso pedimos bajar la urgencia y conformar una mesa técnica en el sector pesquero, algo que el ministro aceptó. El Biobío no puede sostenerse solo en dos sectores económicos: tenemos que diversificar y apurar otros proyectos”, recalcó.

Valoración de la instancia de diálogo


Rodrigo Briceño, director de la CPC Biobío, recordó que la Mesa del Empleo comenzó a funcionar de manera autónoma hace varios años, antes de recibir un impulso desde el Ministerio de Economía. Según explicó, hacia fines de 2023 se iniciaron las reuniones ampliadas que terminaron por decantar en el Plan de Fortalecimiento Industrial presentado en septiembre del año pasado.

A su juicio, el mayor logro hasta ahora ha sido abrir un espacio de conversación amplio. “Yo creo que ha habido avances, pero por lejos lo que más valoro es la instancia de diálogo. El plan tiene dos partes: una contingente, vinculada a Huachipato, que en realidad fue más una medida de emergencia, y otra que recoge iniciativas de más largo aliento. En ese sentido, la articulación que ha hecho Carolina Parada para destrabar proyectos ha sido fundamental”, señaló.


No obstante, Briceño también apuntó a limitaciones. “Siempre pensamos que este plan debía radicar en el Biobío, no en el Gobierno. El Ministerio del Interior contrató a Carolina Parada, pero no se dispuso de mayores recursos adicionales, lo que ha generado dificultades. Además, temas como la pesca y la falta de avances en lo forestal han erosionado las confianzas. Más allá de eso, confiamos en que la iniciativa del gobernador Giacaman, con su Plan Biobío 2050, logre absorber los puntos más relevantes y darles proyección de futuro”, dijo.

Construir una agenda regional con respaldo central


Desde la Cámara Chilena de la Construcción en Concepción, su presidente, Jorge Coloma, planteó que el esfuerzo debe trascender la coyuntura del cierre de Huachipato y proyectarse hacia una agenda más robusta de desarrollo regional.

“Podemos desde la región construir una agenda de trabajo y levantar nuestro territorio con nuevas oportunidades de desarrollo. Tal como lo ha planteado el Gobernador Regional, necesitamos avanzar hacia un Plan Biobío 2050. Pero es fundamental hacerlo en conjunto, no solo con los gremios, sino también con el apoyo del Gobierno”, sostuvo.


Para Coloma, el éxito de la estrategia dependerá de mantener un vínculo directo con La Moneda, al tiempo que se asegure la participación de sindicatos y gremios locales. “La idea es que el plan tenga línea directa con el Gobierno central, pero que al mismo tiempo participen los actores regionales. Esa articulación es clave para que las iniciativas no se queden en diagnósticos, sino que se traduzcan en proyectos concretos”, afirmó.

Expectativas y advertencias: el desafío de la continuidad


En una línea similar, Paul Esquerré, past president de Irade, resaltó que el plan ha cumplido un rol de contención frente a la crisis, pero advirtió que el camino por delante sigue siendo exigente.

“El Plan de Fortalecimiento Industrial ha sido relevante para enfrentar la pérdida de empleos tras Huachipato. Sin embargo, persisten desafíos estructurales: necesitamos mayor agilidad en la ejecución de los recursos comprometidos, un enfoque más claro en diversificación productiva y mejores condiciones para que las inversiones efectivamente lleguen al Biobío. Además, debe haber mayor coherencia interministerial. Por un lado, se busca fortalecer el empleo y la industria, pero por otro aparecen iniciativas en sentido contrario, lo que genera preocupación en el mundo productivo”, planteó.


Esquerré señaló que la prioridad en este tramo final es consolidar resultados palpables. “Lo urgente es acelerar la implementación de proyectos que reduzcan la incertidumbre que vive la industria. Pero también debemos dejar bases sólidas para que el próximo gobierno pueda dar continuidad y profundizar las medidas. El Biobío tiene un ADN industrial único en Chile y esta mesa, que reúne sindicatos, gremios, corporaciones, universidades, ministerios y el Gobierno Regional, debe ser cuidada como un patrimonio común”, advirtió.

El dirigente también llamó a conectar esta agenda con la Estrategia 2025 del Gobierno Regional. “El Biobío tiene una oportunidad única de reposicionarse como motor industrial del país, pero eso requiere decisión, visión de largo plazo y compromiso que trascienda los ciclos políticos”, agregó.