Víctor Hernández: “Hoy no sirven de mucho los indicadores económicos, sino que debemos impedir que se nos muera gente”

21 de Marzo 2020 | Publicado por: Javier Ochoa
Fotografía: Raphael Sierra P.

Vicente Hernández, economista de la Universidad de Concepción, aseguró que hoy es necesario cambiar las prioridades. Primero controlar el tema sanitario para retomar el ritmo económico.

Una pandemia que ha causado estragos en los distintos sistemas de salud ha puesto en jaque a las economías mundiales y ya asoma el fantasma de una recesión mundial. No obstante, el economista de la Universidad de Concepción, Víctor Hernández, fue claro al señalar que no es el momento de pensar en aquello, porque lo primordial en orden jerárquico es contener la pandemia y evitar la muerte de personas.

-¿Cuál es su lectura de todo lo que se está viviendo en el mundo y Chile a partir del Covid-19?

-Se desconoce la duración y el alcance que esto va a tener. Lo que sí se sabe es que el coronavirus ha mostrado un crecimiento exponencial sin que haya aún una solución para eso. Dentro de las consecuencias que esto ha traído en materia económica está, por ejemplo, el cierre de algunos puertos en China, producto de las medidas que ese país está tomando, impactando a nuestras exportaciones, ya que hay tardanzas en la recepción de cargas, o simplemente, a veces no las reciben, alterando al sector acuícola y frutero, ya que la acumulación de productos está colapsando la capacidad de refrigeración en Chile.

Por otro lado, está el menor crecimiento de China, que tras haber estado en 6,8%, la proyección actual no supera el 5%, por lo tanto, esto impacta, porque el 30% del producto que se genera a nivel mundial, deviene de China, comprometiendo a muchos sectores de la economía global.

-¿Está el peligro de la depreciación de las monedas?

-Sí, porque las bolsas han entrado en pánico evidenciándose caídas históricas no vistas desde hace 30 años, por lo que accionistas se han refugiado en metales preciosos o, simplemente, comprando dólares, moneda que va apreciándose en desmedro de las monedas locales, como el caso del peso chileno. Es decir, comienzan una desvalorización. Esto sumado a la caída del empleo por el cierre de fábricas y comercio y el consiguiente menor consumo, comienza a generar un círculo vicioso. Y en el caso de Chile el panorama es aún peor, porque veníamos con un estallido social que ya había hecho “Hoy no sirven de mucho los indicadores económicos, sino que debemos impedir que se nos muera gente” El especialista aseguró que hoy es necesario cambiar las prioridades. Primero controlar el tema sanitario para retomar el ritmo económico. caer la inversión y el empleo.

-¿Cómo se pone a resguardo Chile?

-No podemos manejar el precio del cobre, ni del dólar ni del mercado bursátil mundial. Lo único que nos resta es buscar medidas paliativas a través de políticas monetarias. El Banco Central está buscando mitigar inyectando dólares a la economía y bajando la tasa de interés, pero esto no ataca las causas, porque estas son exógenas. El BC ha jugado un papel importante abriendo líneas de crédito para evitar la falta de liquidez que está afectando a muchas pymes, lo que significa que esto debiera traspasarse a las empresas vía la banca tradicional con el 1% que se fijó la TPM.

Acá hay que tener cuidado, porque es de esperar que la banca cumpla con eso para así poder cumplir con dar respaldo a las pequeñas y medianas empresas.

-¿Estamos ad portas de una recesión mundial?

-Creo que sí, pero hoy la prioridad es contener la propagación del virus, que se contagien lo menos posible. Yo alabo lo que hoy está haciendo el Presidente, aunque tal vez reaccionando un poco tarde. Por ejemplo, fuimos el último de los países afectados en América Latina en adoptar el cierre de fronteras, y también en controlar el movimiento interno de personas y su libre desplazamiento en lugares públicos. Ecuador lo hizo hace más de una semana con toque de queda, para evitar la propagación vía cuarentena.

Acá es donde se conocen a las autoridades e instituciones, para ver si crean capacidad de liderazgo, creando las condiciones para que toda la ciudadanía se ponga tras las autoridades y aunar esfuerzos conjuntos para salir adelante, pero no podemos tolerar que mandos intermedios estén haciendo sugerencias. No estamos para eso, sino para tomar decisiones y no esperar que la gente haga lo que estime conveniente. Hay que tener la habilidad para ser proactivo. Capacidad de gestión para adoptar estrategias que sean rápidas para salir adelante. Francia, por ejemplo, suprimió el pago de impuestos y el pago de cuentas básicas.

Hoy no valen mucho los indicadores económicos, sino los números que estén mostrando resultados que eviten la muerte de niños, adultos mayores y enfermos. No sacamos nada con tener buenos resultados económicos, si se nos está muriendo gente. Hoy hay que cambiar las prioridades, y hoy la número uno es lo sanitario y las personas. En eso no podemos escatimar ni esfuerzos ni recursos. La peor decisión es la que no se toma.

Y sí, es verdad que el mundo puede entrar en una recesión mundial, y dependerá de lograr acelerar el proceso que pueda desembocar en un antídoto a través de una vacuna para evitar el crecimiento exponencial de esta pandemia. También dependerá de cómo reaccionen los países, del ingenio y de la capacidad para poder actuar con rapidez, eficiencia y generosidad.

No sacamos nada en pensar en recesión si se nos está muriendo la gente. Si se controla eso, se termina la psicosis, el pánico, y se crean las condiciones para poder retomar el ritmo económico. Por eso ahora las soluciones económicas no sirven, tampoco buscar las causas. La solución económica hoy para contrarrestar una recesión no va por ese lado. Primero está la solución sanitaria.

-¿Todavía viene lo peor?

Por supuesto, y dependerá mucho también del comportamiento de la gente. Hay que entender ni que la parte política ni económica son prioritarias. Necesitamos el esfuerzo de todos para respetar las prioridades. Y hay que entender que no estamos para recomendaciones, sino para decisiones, como lo han hecho otros países.