Eduardo tarifeño: “Preocupa que la Subpesca no consulte al comité científico por el tema jibia”
26 de Enero 2019 | Publicado por: Javier Ochoa
El experto detalló que la captura con cerco no es efectiva para la pesca del molusco, junto con advertir que un aspecto notable de la biología de este recurso es su alta variabilidad de las biomasas poblacionales.
Desde hace décadas, la jibia ha estado presente en las propuestas sobre el ordenamiento y administración de los recursos pesqueros chilenos, pero no como recurso explotable para la fabricación de harina o consumo humano, como sucede hoy día, sino como un agente depredador en las cadenas tróficas de los ecosistemas pelágicos y demersales, al cual se la echaba la culpa de la disminución de las poblaciones de la merluza común.
Hoy, este molusco cefalópodo, conocido como jibia o calamar gigante, es una base importante de los desembarques pesqueros, con 157 mil toneladas en 2017 y un máximo de 200 mil toneladas en 2018. Actualmente, la discusión está centrada en quién tiene el derecho exclusivo de la pesca de la jibia, con tres actores principales: la pesca artesanal, la pesca industrial y la Subsecretaría de Pesca. Recientemente, el sector artesanal logró que mediante ley aprobada en el congreso, sean la “línea de mano” y la “potera”, los artes exclusivos para la pesca de la jibia y no permitir la pesca de arrastre de media agua como lo hace el sector industrial. Sin embargo, acotó el Dr. Eduardo Tarifeño Silva, Biólogo Marino, Ph.D. y ex Miembro Titular del Consejo Nacional de Pesca, los métodos artesanales e industriales de pesca tienen ventajas y desventajas. “Desde el punto de vista de la sustentabilidad de la pesquería, la línea de mano, es altamente selectiva y con bajo impacto en la mortalidad por pesca del recurso; pero requiere un alto esfuerzo físico del pescador y, por lo tanto, es de baja productividad . Por su parte, la pesca industrial mediante redes de arrastre de media agua, no sobre el fondo marino, dado que las jibias no son recursos bentónicos, es muy productiva, dado que se puede pescar toneladas de jibias en pocas horas de arrastre, pero este arte tiene una baja selectividad, dado que la red puede captar también otros recursos pesqueros demersales y, por lo tanto, tiene un fuerte impacto en la mortalidad por pesca de este recurso. Pero, desde el punto de la productividad, la pesca de arrastre es mucho más efectiva y permite enfrentar la alta demanda internacional por este recurso”, advirtió el también Socio Fundador de la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar y profesor del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC.
En cuanto a la pesca de cerco, Tarifeño explicó que es un alternativa específica para la captura de recursos pesqueros pelágicos, es decir, más superficiales que los demersales y que forma cardúmenes; por lo tanto, por este comportamiento de agruparse para defenderse de los depredadores naturales, es más fácil embolsarlos con la red de cerco y sacar varias toneladas por cada lance de pesca. Sin embargo, este método de pesca requiere algunas condiciones de comportamiento del recurso, como es nadar cerca de la superficie, natación relativamente lenta, tendencia a agrupare en cardumen y permanecer en los sitios de pesca por días. Pero, ninguno de estos requisitos es cumplido en el caso de la jibia, aseguró. “Estos cefalópodos son uno de los animales marinos más veloces en el mundo acuático (usan chorros de agua tipo jet para nadar y cazar a sus presas), no forma cardúmenes densos, sino que concentra en atacar los cardúmenes de peces. Es prácticamente imposible pretender hacer un cerco en torno a un grupo de jibias, por la gran movilidad de ellas y la dispersión que tiene en el agua”.
Un aspecto notable, en su biología, es la alta variabilidad de las biomasas poblaciones, las cuales pueden ser de gran abundancia en algunos años, para desaparecer repentinamente por varios años, sin causas conocidas hasta ahora, planteó el experto.
“Es preocupante que en toda esta discusión, la Subpesca no haya consultado al Comité Científico-Técnico respectivo. Es muy posible que el punto final a esta discusión sin consenso entre los tres actores mencionados, será puesto por el cuarto actor que ha sido olvidado en la discusión: el recurso jibia, el cual puede desaparecer nuevamente de nuestras costas por varios años como ha ocurrido anteriormente varias veces”.