Economía y Negocios

En Tomé se elaboran los vinos y espumantes más costeros de Chile

Si bien la comuna no tiene historia vitivinícola marcada, está dando que hablar con los resultados de pequeñas cosechas a kilómetros del mar, algo poco frecuente en este segmento productivo.

Por: Felipe Placencia 28 de Octubre 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

La comuna de Tomé no se conoce por producir vinos. Sin embargo, tiene cepas que datan de 1548 en adelante y los agricultores de Curaco Alto y Lloicura, Rafael, están en proceso de potenciarla, cosechando los primeros logros: vinos y espumantes que hoy se pueden consideran los más próximos al mar en Chile.

Se trata de botellas de Moscatel de Alejandría, Cinsault, Rosé ( muy de moda en Francia) y espumantes que si bien no lograron medallas en el último Concurso Interregional del Vino de Coelemu, dieron mucho que hablar por lo novedoso y sus atractivos sabores que provienen de tierras arcillosas, iguales al Valle del Itata ( por que en el fondo es parte de esa zona geográfica).

Es por ello que Nancy Mella González está entusiasmada. Contó que su padre comenzó a tener una viña en 1960, con la cual se valía de pipas de madera y barriles de greda que impregnaban la esencia del campo.

“Todo ha cambiado. Está más moderno. Hemos aprendido en el camino, para llegar a estas propuestas que ahora tenemos”, explicó Mella.

Cuenta que venden en ferias y les va bien. Lo que más la hace feliz es cuando alguien prueba una muestra e inmediatamente pide una botella para comprar.

“Esto nos hace bien a nosotros y nos da ganas de seguir trabajando. Son dos hectáreas bien producidas”, contó Mella, quien espera aumentar la producción.

El ingeniero agrónomo y enólogo de la vecina Municipalidad de Coelemu, Demy Olmos, opinó que “tienen un gran potencial y se deben seguir perfeccionando”.

El experto confirmó que efectivamente hasta el minuto lo que se conoce más cercano a la costa es Lloicura, Tomé, y también Casablanca (Región de Valparaíso).

Nancy Mella aseguró que su sector es ejemplo de innovación: también hace harina de pepitas de uva. “Se consume con yogur, con agua, con todo. Se hizo un estudio universitario y resultó que tiene muchas propiedades”, resaltó Mella.

Apoyo

El Prodesal, programa de Indap y el municipio, ha sido fundamental en este renacimiento.

Y están trabajando codo a codo para que esta experiencia inédita funcione y se mantenga en el tiempo y pase de la experimentación.

Es por ello que la coordinadora del Prodesal Tomé, Carolina Marchant, siempre está atenta.

– ¿Se puede decir que son vinos patrimoniales?

-En 1548 entró la cepa por Tomé y se distribuyó hacia Ñipas y luego hacia valles del interior. Actualmente, tenemos cepa País, Cinsault y Moscatel de Alejandría. Estamos experimentado con agricultores en espumantes. Tenemos un rico Rosé.

– Este sector es casi parte del Valle del Itata, que trasciende límites comunales.

– Cuando uno ve los mapas que muestran el valle del Itata. Muestra la parte este de la comuna de Tomé, que es de Rafael hacia Florida. El sector de Lloicura, Curaco y Millahue son, si uno ve una fotografía aérea, está justo en el cordón colindante con Ranguelmo, comuna de Coelemu.

-Me imagino que la idea es entrar en un mercado más grande.

– Estamos primero como experiencia piloto. Se está haciendo un conocimiento del espumante y su elaboración. Hemos cometido errores y este año lo estamos mejorando, pero lo importante de esto es que estamos haciendo que los agricultores lo hagan de manera tradicional en condiciones óptimas que pide el mercado.

-¿Con cuántas personas se está trabajando?

-En total son entre 25 a 30 agricultores y hay 4 que están experimentando con su producción, haciendo vinos espumantes por segundo año.

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