Emma Stengel: entre el estudio y su gran pasión por los remaches

El Colegio Alemán logró un brillante título en el vóleibol de los Juegos Deportivos Escolares, a nivel nacional, y una de sus figuras fue Emma Stengel. Juega desde pequeña, es capitana del equipo y también defiende al Deportivo Alemán. Una apasionada por esta disciplina. 

La estudiante de Tercero Medio cuenta que “hice gimnasia rítmica como a los 7 años, luego me fui a ballet y de pronto pensé que era alta y podía andar bien en el vóleibol, probar cosas nuevas. Tenía casi 11 y fue en el Club Deportivo Alemán, después en el acles del colegio”. 

Es sampedrina y repasa que “mi papá y algunas tías jugaron vóleibol. Es bien de familia. Cuando empecé tenía cero actitud deportiva y era solo para pasarlo bien. Después comencé a madurar y pensar que no jugaba sola y el equipo necesitaba de mi actitud y de todas las compañeras. Este es uno de los deportes donde más dependes del resto”. 

Al respecto, agregó que “mis hermanos practican deportes individuales y es muy distinto. Ahí si haces algo mal no perjudicas a nadie, acá debes hacerlo por ti y por todo el equipo. Eso me gusta. En el club tenemos un gran grupo”. 

Sobre sus maestros en esta disciplina, asegura que “ahí han estado Jorge Facchini, que es mi profesor hasta el día de hoy, Andrea Donoso también estuvo en el club y Rocío Bonetto del colegio, son los tres que más me han marcado”. 

Sobre ellos, precisa que “miro para atrás y he avanzado mucho, me lo tomo de manera más competitiva, entreno más duro y trato de dar mi cien. Los profes son los que en algún momento te hacen creer que eres buena en algo y eso siempre lo tuve. Sentía que querían que mejore y eso me motiva día a día”. 

“Que sea lo que sea” 

De su carrera, cuenta que “he jugado hartos Liname, Liga 1 por el club y representé a la Región en los Juegos de la Araucanía, donde el año pasado fuimos primeras. Este año nos titulamos campeonas de los Juegos Escolares y hubo un tiempo donde estuve en la selección. Fue una etapa corta, tal vez porque no estaba tan enfocada”. 

En la cancha señala que “juego de opuesta y creo que mi mayor fortaleza está en lo actitudinal, estar apoyando a mis compañeras todo el rato. En la cancha intento hacer lo mejor que puedo, pero también sacar lo mejor del equipo”. 

Del reciente título con su colegio, sostiene que “del Nacional no esperábamos nada, dijimos que sea lo que sea, pero demos nuestro cien por ciento. No esperábamos tanto, pero empezamos a ganar, creímos en nosotras, hablamos mucho como grupo del rol de cada una y lo que esperábamos. Crecimos mientras jugábamos”. 

Detalla que “llegar a la semi fue súper heavy, no lo esperamos. Metropolitana y Valparaíso eran los rivales más fuertes, aunque con estos últimos no nos tocó. En Liname siempre nos ganan y menos mal que no se cruzaron en el camino”. 

De su capitanía expresó que “la escoge la profe y es súper bonito porque ahí se reconoce que una está para las compañeras. Es la confianza puesta en ti y en los deportes muchas veces necesitas harto apoyo, lo mío es estar para eso”. 

Recuerda cuando tomaba vuelo y la pilló la pandemia. “Ese fue un golpe, dejamos de hacer deporte para hacer clases on line, pero bien desanimadas porque no había nada por lo que entrenar. Cuando volvimos fue una alegría grande, reencontrarse, practicar con un objetivo de verdad adelante”. 

El vóleibol debe mezclarse con las pruebas, las notas. Emma relata que “regular los tiempos depende de una no más. Entreno toda la semana, ya me acostumbré a manejar eso, a cuándo repasar la materia y no quedar desenchufada. El año pasado me lesioné y ese tiempo me sentí vacía, no sabía qué hacer en la tarde y me di cuenta cuánto necesito esto, lo que ayuda el deporte para botar el estrés”. 

Le queda un año de colegio y proyecta que “mis planes son irme al extranjero y convalidar el estudio con el deporte porque el vóleibol es todo para mí. No me veo dejando una cosa por la otra, ya veremos dónde. No sé todavía qué carrera seguiré, pero el deporte no lo voy a dejar”.