Goleada del León para decir que está más vivo que nunca

Con doblete de Larrivey y Gillard, el conjunto lila sumó un importante triunfo frente a los loínos, dejando un fuerte mensaje de cara a la parte final del torneo de ascenso.

Triunfazo lila. Un golpe de autoridad dio esta noche Deportes Concepción, goleando por 4-0 a Cobreloa, en el cierre de la jornada dominical del campeonato de ascenso.

Casi 8 mil personas llegaron hasta el estadio Ester Roa Rebolledo, sabiendo la importancia de ratificar la reciente victoria sobre S. Morning, esta vez frente a un rival directo en la lucha por puestos de liguilla.
Así también lo entendió la oncena dueña de casa, que con una dupla inédita en la contención compuesta por Kimura y Valdivia, se plantó con personalidad en el pasto de Collao.

El primer tiempo fue casi todo lila, mandando en mediocampo con un Valdivia encendido y cumpliendo probablemente su mejor actuación de la temporada, muy bien acompañado por Cáceres desde la banda. Ovalle, Ojeda y Morales no le prestaban el balón a los naranjas, y arriba Larrivey se mostraba fino, obligando a una gran reacción del meta Araya cuando recién iban 12 minutos. Cuatro minutos después le anulaban un gol por una milimétrica posición de adelanto.

Cobreloa perdía el balón con facilidad, obligado por la marca, y tampoco lograba llegar al área de Araya, que ingresó de titular por lesión de Gómez en el calentamiento.

A los 39′, casi Silva tras disparo otra vez de Larrivey en el área. Pero el argentino tendría su premio en los 43′, cuando tras un córner aprovechó un pivoteo en el primer palo y ganó por arriba en el centro del área para el 1-0. Cuando el lapso se iba, Araya demostró su valía salvando de manera brillante un cabezazo en solitario de Muga.

El factor Gillard

En el complemento, Cobreloa se las arregló para complicar a los morados con el circuito de Jara, Ledezma y Gotti, que se movía en todo el frente del ataque. El minuto avanzaba lento en Collao, y más de alguno vaticinaba el empate.

Pero Concepción siempre tiene una carta guardada, y se llama Ángel Gillard. Recién ingresado, en los 82′, una contra comenzada por Larrivey fue aprovechada por Ovalle, que centró perfecto al segundo palo desde la izquierda, para la aparición de “Angelito”, que con vistosa palomita puso el 2-0.

Era el desahogo de los penquistas, que se transformó en fiesta cuando tres minutos después, el propio Gillard anotara el 3-0 de globito tras notable pase de Valdivia. El 4-0 fue premio a la calidad de Larrivey, que entró con balón dominado al área y, tras un perfecto enganche, definió de zurda; crack.
El León de Collao gustó, goleó y dio un aviso claro: Nunca lo den por muerto.