Vannia Quilaqueo: De Los Álamos hasta conquistar el arco del torneo universitario

24 de Mayo 2021 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Vannia Quilaqueo

Oriunda de la localidad de Tres Pinos, la recién egresada en Ciencias de la Educación Física de la Udla se las arregló para destacar de igual manera tanto en el campeonato Adesup como también en Primera B con Huachipato. Hoy devuelve la mano formando nuevas generaciones para su comuna.

Pasó por todos los puestos posibles. Inició como arquera, aunque reconoce que no de la mejor forma así es que se olvidó del arco; al menos por un tiempo. De ahí pasó a la defensa, probó como volante y hasta se atrevió como delantera, donde se dio maña para anotar goles.

A esa altura, de jugar en el barrio con los amigos, o en los recreos de su escuela Zaida Araneda Vigueras, de Los Álamos, pasó a aceptar la invitación del profesor José Obreque en la escuela de fútbol de su comuna, donde dice dio un paso grande para crecer en el deporte.

“En el colegio nos tocaba jugar con hombres porque no había un equipo de mujeres. Ahí fui aprendiendo a usar la fuerza y moverme con más confianza, aunque fue en la escuela de fútbol donde conocí lo que era un entrenamiento”, resalta.

La U abre le abre sus puertas

Vannia dice que pese a practicar varios deportes cuando niña, se quedó con el fútbol. Sin imaginárselo, fue este el que le abrió las puertas de la Udla, donde recibió una beca deportiva.

“Cuando llegué a la universidad, me encontré con una selección bien armada que me recibió excelente. Creo que mi aporte fue la constancia, era muy difícil que me perdiera una práctica, casi vivía en el polideportivo”, sostiene.

Rápidamente Vannia fue parte del equipo que competía en Adesup, experiencia que reconoce como muy importante. “Me hizo crecer mucho, tanto en lo personal como en lo deportivo. Una liga extremadamente competitiva, con equipos muy fuertes y jugadoras que disputaban el campeonato de primera división”, expresa.

Y añade, “pude jugar tres años consecutivos, hasta que la pandemia nos dejó. Y creo que siempre dimos pelea, no éramos las últimas y siempre nos metíamos en el grupo de arriba. Incluso un año fuimos cuartas, lo que fue un mérito considerando el nivel de las rivales”.

Eso la llevó a dar otro paso cuando entró a Huachipato, club donde terminaría de asentarse en su puesto definitivo. “Pese al mal inicio en el arco, después me fui reencantando con esa posición, más todavía luego de entrar a Huachipato donde me desarrollé como arquera”, dice.

Con el club de la usina tuvo el privilegio de participar en la Primera B del torneo nacional, lo que para ella fue otro salto de crecimiento. “Ahí ya me consolidé como arquera, puesto en el que también disputé Adesup con la Udla. Siempre estaba ahí, lloviera o tronara, así me fui ganando la titularidad”, relata la jugadora que con ambos equipos destacó por su juego con los pies.

Toda esa experiencia acumulada fue clave para que hoy, recién egresada, se esté dando tiempo para formar nuevas generaciones en la misma escuela de fútbol municipal donde partió. “Tratamos de conocer a los niños, de resaltar sus capacidades, y así entrenarlos para que algún día puedan salir de la comuna, llegar lejos. Son niños y niñas de entre 7 y 17 años, una actividad bien bonita”, señala Vannia.

Porque si hay algo en lo que ella cree, es que el futuro puede ser mejor. “El fútbol femenino ha avanzado bastante, pero falta mucho aun, la brecha es demasiado grande respecto al masculino. La muestra es que aun no podemos vivir del fútbol en Chile, falta mucho trabajo por hacer en el deporte femenino, y no solo en el fútbol”, asegura.

“La selección nacional femenina está haciendo un gran trabajo al respecto, sacando la cara y demostrando que no solo los hombres pueden lograr resultados. Por eso el mensaje a las niñas más pequeñas es que, si su sueño es practicar fútbol, que se atrevan y no se den por vencidas. Cada día se abren puertas y hay que cruzarlas”, sentencia.