Ex estudiante UdeC expone obra en Centro Cultural Matta
28 de Julio 2018 | Publicado por: Mauricio Maldonado
Consuelo Arévalo, periodista y artista emergente, muestra su trabajo “Segunda Función” en este destacado espacio artístico de la ciudad de Buenos Aires.
Con “Habitar el Territorio”, el Centro Cultural Matta, perteneciente a la embajada chilena en Argentina, abrió por primera vez sus puertas a la realización de una muestra colectiva y multidisciplinaria de artistas chilenos residentes en tierras trasandinas.
Para la exposición, inaugurada el pasado 18 de julio y que estará montada hasta el próximo viernes 3 de agosto, fueron seleccionados 19 creadores, en distintas disciplinas artísticas. Entre ellos, destaca la periodista y ex alumna de la UdeC, Consuelo Arévalo, quien actualmente se encuentra en Buenos Aires estudiando una Maestría en Lenguajes Artísticos Combinados de la Universidad Nacional de las Artes, y participa de esta instancia con su obra “Segunda función”.
“Es la segunda obra efímera que forma parte de una serie llamada ‘Funciones’ y se ubica entre la performance, la escultura y la imagen en movimiento, dado que consiste en la proyección del derretimiento de una escultura de hielo. Así, la misma luz que habilita la imagen de la escultura, inevitablemente, emite una temperatura que la destruye desde el momento que la constituye como imagen proyectada”, comentó Arévalo.
Respecto al proceso o manera en que se va mostrando ante el espectador “Segunda función”, la también artista explicó que “la obra comienza con una performer que escribe con pintura la hora exacta en la superficie del proyector, como única referencia de inicio, y luego deposita la escultura de hielo sobre dicha superficie, de manera que el espectador junto con atender el avance de la obra, asiste a la extinción de la misma. La escultura y la pintura se diluyen mientras pasan los minutos, y en la proyección se observa la imagen en movimiento del hielo convirtiéndose en una masa amorfa de agua”.
Agregó que este proyecto “actúa como dispositivo para pensar sobre el lugar que ocupa una obra, que no llega a reunir los rasgos necesarios para ser clasificada en alguna categoría convencional”.
Una experiencia que, para la joven artista emergente, aparte de potenciar el trabajo colaborativo, ayuda a enriquecer la producción individual de cada uno de los participantes de la muestra.
“La posibilidad de producir obra siendo migrante permite trabajar con una serie de elementos que, de alguna manera, también aparecen en las obras. Insertarse en una sociedad distinta y elaborar producción estética desde un lugar indeterminado le imprime al trabajo una carga que es muy distinta de la que tendría en Chile, porque se articulan ideas de otro tipo. Lo mismo pasa con la circulación. El circuito artístico chileno, hermético como lo conocemos, es difícil que abra sus puertas a propuestas emergentes o de formato poco convencional”.