Biobío registra aumento de incendios forestales en relación a temporada anterior

23 de Noviembre 2025 | Publicado por: Hugo Ramos Lagos
Fotografía: Contexto | Isidoro Valenzuela

Durante un operativo de coordinado por el Serviu en el Cerro Caracol, Conaf advirtió el incremento de siniestros en la Región a la misma fecha, aunque con una menor superficie afectada.

El Parque Metropolitano Cerro Caracol reforzó su agenda de gestión y prevención en medio de un escenario regional especialmente complejo. Según el visor oficial de Conaf, el Biobío registra a la fecha 127 incendios forestales en la temporada 2025–2026, muy por encima de los 74 ocurridos a la misma fecha del año anterior, un incremento que bordea el 72 %. Este salto en la ocurrencia elevó la urgencia de intervenciones preventivas en zonas de interfaz urbano-forestal como Agüita de la Perdiz.

En este contexto, distintas instituciones ejecutaron un operativo orientado a reducir material combustible y fortalecer la preparación territorial en uno de los accesos más sensibles del parque metropolitano. El borde del cerro que colinda con Agüita de la Perdiz ha sido reiteradamente identificado por la comunidad como un punto crítico, debido a senderos informales, acumulación de ramas y una alta carga de vegetación seca que incrementa el riesgo de propagación en días de calor.

Manejo del operativo


A primera hora, equipos de Serviu, Conaf y la Municipalidad de Concepción dispusieron puntos de hidratación, sombra y logística en la cancha del Tello. Desde allí se desplegaron cuadrillas técnicas junto a cerca de 50 voluntarios, entre ellos estudiantes de la Universidad de Concepción y miembros de la Brigada de Emergencias de la JJVV. La instrucción central fue despejar y retirar vegetación seca para conformar una faja corta combustibles en el perímetro de mayor vulnerabilidad.

El operativo ocurrió en paralelo a un proceso mayor de fortalecimiento de la gestión del Cerro Caracol. En octubre, el Serviu abrió una licitación por $4.167 millones para asegurar tres años de conservación y vigilancia del parque, incluyendo cuadrillas forestales permanentes, protocolos de emergencia y estándares reforzados de control. Uno de los ejes estratégicos del contrato es precisamente la prevención de incendios forestales.


En esa ocasión, los habitantes de Agüita de la Perdiz ya habían insistido en la necesidad de intervenir el borde del cerro, dado que el barrio funciona como una de las puertas de entrada al parque y mantiene una relación cotidiana con sus laderas. En periodos de altas temperaturas, la preocupación aumenta por el tránsito de visitantes y la acumulación de material vegetal, lo que llevó a la comunidad a solicitar sistemáticamente ciclos más frecuentes de roce y manejo.

Durante la jornada, ese vínculo volvió a hacerse evidente. “Es algo fundamental lo que estamos haciendo: la remoción de material combustible. Son factores de riesgo que están cerca de nuestras casas”, expresó José Cáceres, presidente de la Brigada de Emergencias del sector. Añadió que el trabajo conjunto evidencia un compromiso real con la corresponsabilidad en la gestión del riesgo.


Desde Serviu, su directora regional, María Luz Gajardo, valoró la continuidad del trabajo preventivo que se ha realizado en los últimos años. Recordó la instalación de un grifo y un estanque de agua en temporadas anteriores y subrayó la importancia de mantener un manejo constante. “Agradecemos a todos los equipos y a los voluntarios. Esta es una señal de que estamos trabajando bien”, afirmó.

El municipio también destacó la articulación que permitió concretar el operativo. Francisco Durán, encargado de emergencias de la Dirección de Gestión de Riesgos y Desastres, explicó que la preparación se venía coordinando desde hace meses entre distintas unidades municipales. “Estamos muy conformes con este primer hito de la temporada. Se suma a lo que hemos hecho en ocasiones anteriores”, señaló.


Componentes de riesgo

La jornada coincidió con un episodio de altas temperaturas que activó alerta temprana preventiva en la provincia. Para Conaf, el operativo respondió directamente al escenario más desafiante de los últimos años. De acuerdo con los datos oficiales, mientras el número de incendios aumentó de 74 a 127, la superficie afectada en la región ha mostrado un comportamiento inverso: bajó de 727 hectáreas en 2024–2025 a 409 hectáreas en la temporada actual, una disminución de 44 %.


Pese a esta reducción en daño territorial, la ocurrencia sigue siendo la variable más crítica. “A la fecha llevamos más incendios, a nivel regional, que en la temporada pasada. Acciones como estas cobran aún más relevancia”, señaló el jefe provincial de Conaf, Giovanny Serey, quien coordinó la labor de las brigadas.

El operativo incluyó el corte y retiro de especies exóticas invasoras —que suelen acumular mayor volumen de material seco—, despeje de senderos, remoción de ramas caídas, tratamiento de pastizales y traslado de residuos vegetales a puntos de acopio definidos por los equipos técnicos.


Además del componente forestal, la actividad incorporó una dimensión social. La presencia de vecinos, dirigentes y voluntarios permitió reforzar la idea de corresponsabilidad en la reducción de riesgos. Equipos municipales y del Serviu entregaron recomendaciones de autocuidado, rutas de evacuación y medidas para evitar conductas riesgosas en sectores de interfaz urbano-forestal.

El entorno inmediato de Agüita de la Perdiz ha sido objeto de catastro y visitas técnicas durante los últimos años por parte de Serviu, Conaf y profesionales del parque. Se han identificado árboles antiguos, ejemplares en mal estado y áreas donde el manejo requiere ciclos más cortos para reducir riesgos. La comunidad valora estos avances, pero insiste en sostenerlos de manera continua.


Con más de 107 hectáreas, el Cerro Caracol cumple una función ambiental clave: sirve como corredor biológico, área de amortiguación climática y espacio recreativo para miles de visitantes. Por ello, la gestión preventiva resulta esencial, especialmente en temporadas donde sequedad, viento y uso intensivo pueden convertir un foco menor en una emergencia de mayor escala.