Anfa regional reconoce que implementación de seguridad privada no daría abasto en el fútbol de barrio

Los disparos ocurridos en el Estadio San Vicente, durante un encuentro de la liga local en Talcahuano, que dejó dos heridos y desató la alarma entre vecinos y asistentes, puso en evidencia la falta de medidas.

por Bruno Rozas Hinayado

Las repercusiones tras el hecho de violencia registrado en un partido de fútbol amateur de Talcahuano siguen latentes.

Es que la Asociación de Fútbol de la ciudad determinó suspender de manera indefinida el campeonato en curso, para toda la liga del puerto, que compromete a más de 2 mil 500 jugadores.

“Se aplicarán las sanciones que correspondan y se va a coordinar con las autoridades competentes para tomar acciones que contribuyan a evitar este tipo de desagradables situaciones que empañan el fútbol amateur”, sostuvieron desde la entidad por medio de un comunicado.

Ante aquello surgieron dudas sobre la capacidad que pueden tener los clubes, o entidades a cargo de la organización, sobre el poder garantizar estándares de seguridad. Es que con más de 500 clubes inscritos sólo en la Región del Biobío, el fútbol amateur mueve cada fin de semana a miles de jugadores, familias y vecinos en canchas abiertas que, pese a su masividad, carecen de medidas de seguridad para evitar episodios de violencia.

Así lo manifestó Juan Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (Anfa) en la región, quien fue enfático en señalar que “los clubes no están en condiciones de implementar medidas de seguridad en sus partidos internos de liga”.

Según explicó, la precariedad en la que funcionan estas organizaciones impide la contratación de personal especializado para el resguardo de los encuentros. “No cuentan con la estructura organizativa para ello y menos financiera. Además, no es ese su fin”, agregó Jiménez, remarcando que la misión de los clubes es promover el deporte comunitario y no operan como entes de seguridad privada.

Cada fin de semana, los clubes afiliados a ANFA organizan cientos de partidos en distintas comunas del Biobío. “La mayoría de ellos tiene entre 7 y 10 series activas. Es una cantidad enorme de encuentros simultáneos”, señaló Jiménez.

En ese contexto, la idea de contar con guardias privados para cada cancha resulta inviable. “Si se pudiera contratar personal de seguridad para todos esos partidos, no darían abasto”, indicó el dirigente.

Preocupación de vecinos

Vale recordar que todo lo anterior responde a lo ocurrido el pasado domingo, en el Estadio San Vicente de Talcahuano luego de que se registrara una balacera en plena galería, mientras se disputaba un encuentro válido entre los equipos Diego Portales y Unión Colo-Colo.

El incidente ocurrió en medio del partido, cuando un espectador se enfrascó en una discusión con otros dos sujetos del público. La pelea escaló hasta que uno de ellos extrajo un arma de fuego y realizó dos disparos directos a las piernas de sus interlocutores. Ambos heridos debieron ser trasladados de urgencia al Hospital Higueras de Talcahuano.

El caso generó conmoción entre los asistentes, incluyendo a familias y niños que habitualmente acuden a estas competencias. Miguel Delgado Coliqueo, testigo presencial, relató: “Estaba ahí junto con mi hermano chico. Vimos cómo empezaron a discutir y las cosas se salieron un poco de control. Es bastante normal que pasen enfrentamientos en los partidos, pero lo del domingo superó todo, porque pudo ser una tragedia mayor”, sostuvo con evidente preocupación.

Desde la municipalidad de Talcahuano, anunciaron la presentación de una querella contra quienes resulten responsables de las lesiones causadas a las 2 personas heridas y por el porte de arma.

Carlos Uslar Venegas, Seremi de Seguridad Pública Biobío, señaló que “como Seremi hemos establecido diversas instancias, con los distintos autores involucrados en el fútbol amateur. Desde los municipios, con Carabineros y los mismos encargados de la organización. Es a raíz de esto, que esta semana tenemos una reunión de coordinación para efectuar una mejor distribución de los recursos policiales, tanto para el fútbol profesional, como para el fútbol amateur”.

La violencia sorprendió incluso a quienes residen cerca del recinto deportivo, como Rosa Arriagada Sepúlveda, vecina del sector.
“Aquí hace harto tiempo que no había pasado un caso así. Generalmente hay peleas pequeñas, pero no pasan a mayores nunca. Por eso lo de los disparos nos dejó sorprendidos”, comentó.

Además, apuntó a un problema que se arrastra hace tiempo: la falta de fiscalización durante los encuentros.
“Vienen muchos chicos que ocupan el partido como una excusa para venir a tomar alcohol, y nadie les dice nada. El olor a marihuana también es bastante fuerte. Creo que debería haber seguridad ciudadana cuando hay partidos”, agregó.

El hecho dejó en evidencia una vez más la vulnerabilidad del fútbol amateur frente a hechos de violencia, especialmente en contextos sin resguardo institucional.

Presencia de Carabineros

Frente a esta situación, la única herramienta formal que tienen los clubes para prevenir incidentes es solicitar apoyo a Carabineros cuando identifican partidos de alto riesgo, ya sea por rivalidades históricas o antecedentes de conflictos previos.

Sin embargo, tal como lo reconoce Jiménez, “pocas veces esa petición es escuchada”. Esto deja a los clubes y a sus comunidades en una posición de vulnerabilidad frente a hechos de violencia, como los ocurridos en las últimas semanas en distintos puntos de la región.

Desde Carabineros de Chile, por ahora, no fue posible obtener una opinión acerca de este tema.