Directora Sernameg Biobío: “Tenemos urgencia de llegar a todas las víctimas de violencia”

19 de Diciembre 2020 | Publicado por: Ximena Valenzuela
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Sernameg reforzó compromiso intersectorial para la detección temprana de femicidios y trabaja en aumentar su personal para abarcar la demanda que supera el 330% comparada con 2019.

La Covid-19 no sólo generó una pandemia en salud, tanto física como mental. Además, debido al confinamiento que conlleva, ha aumentado en hechos de violencia en el hogar porque las víctimas están aisladas y, prácticamente, 24/7 con su agresor.

“La incertidumbre y ansiedad, que puede llevar, incluso, a afectaciones psicológicas que son factores que aumentan las posibilidades de violencia al interior de los hogares. Lo vemos reflejado en el aumento de 330% de las atenciones realizadas de marzo a octubre. Antes eran 1.070 aproximadamente ahora aumentaron a casi 4.700”, afirmó Lissette Wackerling, directora regional de Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género.

Los Ángeles, Concepción, Talcahuano y Cañete son las zonas que más casos concentran, pero es San Pedro de la Paz, comuna en la que residía Ana María Guerra, última víctima de femicidio en la Región, la que concentra los mayores hechos de connotación pública.

El aumento de la violencia en pandemia también se vio reflejado, detalló Wackerling, en los llamados al 1455 y al WhatsApp +56997007000. “Partimos con 4.000 y llegamos a 17.000”, dijo y comentó que la cifra es nacional, pues no se exige información de zona de residencia.

Qué falló

Si bien, la víctima del último femicidio había presentado una denuncia hace dos meses ante el Sernameg y advertido a su familia de la violencia que sufría, nada logró impedir que su esposo Carlos González la atacara con un hacha provocando la muerte.

Al ser consultada la directora de Senameg sobre cuál fue la falla en el proceso, que impidió salvar a Guerra, aseguró que “al hacer la denuncia se aplican todas las medidas de protección, pero ella minimizaba el riesgo”.

De hecho, según Wackerling, el hijo de la víctima manifestó que la violencia fue de cero a 1.000. “Por mucho tiempo fue violencia psicológica, pero los físicos pasaron muy rápido. No hubo una escalada constante”, contó.

Reconoció que el desafío está en aumentar la cobertura profesional, “que no tengamos ningún problema y que no exista una mujer que haya confiado en nosotros, a la que no hayamos podido llegar”.
Están gestionando el fortalecimiento de los equipos, lo que aún están en análisis debido al recorte presupuestario por la Covid-19.

En tanto, ayer reafirmaron el circuito de trabajo intersectorial que realizan, principalmente, con la subsecretaría de Prevención del Delito, Carabineros, PDI y Fiscalía, organismos que antes de la pandemia se reunían una vez al mes, pero que debido a los riesgos del confinamiento ahora lo hacen una vez a la semana, para llegar de la forma más oportuna a las víctimas.

Además, están realizando jornadas de sensibilización a la PDI y Carabineros en que el riesgo se aborda desde la perspectiva de género

Recalcó que el llamado es informarse y denunciar, tanto víctimas como testigos y no minimizar los hechos, tarea que debe ir de la mano con un cambio en el currículum escolar que integre, “lo que conduciría, probablemente, a acotar los tiempos del cambio cultural que tanto se necesita”.

Los cambios favorables de la ley

La abogada de la línea de Violencia Extrema de Sernameg, Mónica Acuña, destacó que la nueva Ley, vigente desde el 4 de marzo, crea el tipo penal de femicidio, sacándolo de la figura de parricidio, que regula las relaciones de familia.

Incorpora el femicidio Íntimo, que involucra a padres o relación de pareja, y el No Íntimo por razones de género, crea la figura del delito complejo de la violación con el femicidio que tiene una pena más alta al homicidio con violación, parte en 15 años un día hasta perpetua.

Agregó que la ley establece taxativamente que el sujeto activo en el femicidio es un hombre, además de agravantes cuando las mujeres son mayores de 60 años o menores de 18, están embarazadas y presentan discapacidades.

Además, entre las atenuantes está que ejecuten el crimen en presencia de familiares de la víctima y también que haya sido habitual la violencia contra la víctima.

La profesional agregó que, si bien existen cambios en la Ley, recién se está tomando conciencia de los riesgos que implica la violencia y que ninguna acción es exagerada si la mujer se considera vulnerada y que se requiere una educación con una perspectiva integral de igualdad de género.