Biometawe: una vasija de arcilla purifica el abono contaminado para la agricultura local sostenible
28 de Octubre 2025 | Publicado por: Natalia Quiero
Huertas de Tirúa y Contulmo son parte de ensayos pilotos de esta propuesta que busca ofrecer una alternativa sustentable al uso del guano.
Por Scarleth Hermosillla Alarcón
En la agricultura campesina es común el uso del guano como un abono de los cultivos, obtenido desde excrementos de animales y sumamente valorado por su capacidad de aportar nutrientes a la tierra.
Sin embargo, por el uso de antibióticos en actividades como la ganadería es que aplicar este fertilizante natural podría generar bacterias resistentes y aumentar el grave problema de la resistencia antibiótica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha emitido una alerta roja, definiéndola ccomo una de las mayores amenazas a la salud global y la proyecta como principal causa de muerte para 2050.
Biometawe, un proyecto que se desarrolla en las comunas de la provincia de Arauco, busca reducir la carga de antibióticos en suelos agrícolas por el frecuente uso de estiércol a través de la fermentación de la tierra en vasijas de arcilla con aditivos ecoamigables.
El trabajo es desarrollado por investigadores de diversas universidades y disciplinas, junto con comunidades mapuche del sur de la Región, específicamente de Contulmo y Tirúa. Así, diversos saberes se unen para contribuir en la sustentabilidad de cultivos clave para economías locales en esta propuesta que cuenta con financiamiento estatal a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef).
Los riesgos
La microbióloga y académica universitaria Érica Castro, directora de este proyecto y doctorada en Ciencias mención Microbiología de la Universidad de Concepción (UdeC), expone los posibles daños al ganado del uso de estos fármacos, procesos biológicos e impactos a la salud humana. “se acostumbra a los antibióticos, su cuerpo deja de procesarlos bien, y cuando hacen sus necesidades esos restos quedan ahí, en el estiércol. Y ese estiércol va directo a la tierra”.
“Cuando se utiliza estiércol contaminado con bacterias resistentes como fertilizante, estos microorganismos pueden adherirse a la superficie de los vegetales o incluso ingresar a su interior. Esto significa que los productos agrícolas pueden portar bacterias resistentes incluso después de ser lavados, representando un riesgo para el consumidor”, explica el doctor Gerardo González, microbiólogo que participó en el último estudio de la tierra en los sectores afectados. El experto también es académico de la UdeC.
A partir la problemática, Castro impulsó el desarrollo de una potencial solución sustentable y respetuosa: un contenedor de arcilla con aditivos ecoamigables inspirado en la alfarería mapuche-lafkenche.
La propuesta respeta el rol cultural del tradicional abono: “No se trata de eliminar el uso del guano, porque es parte del modo de vida de las comunidades. Lo que buscamos es ofrecer una alternativa que les permita seguir fertilizando la tierra de manera más saludable y segura”, sostiene.
Diálogo de saberes
Además del avance investigativo, Biometawe es el diálogo de saberes ancestrales y científicos. Porque reúne a investigadores especializados en sus áreas, y agricultores y alfareros, para crear una vasija con una forma nueva determinada junto con las comunidades para no trasgredir usos ceremoniales ni domésticos.
“Nosotros no hablamos de una ciencia superior sobre otra. Hablamos de diálogo de saberes. La ciencia mapuche también es ciencia, aunque tenga otro método”, sostiene la antropóloga de la Universidad del Bío-Bío e integrante del proyecto, Magaly Mella.
Avances
El proyecto está en la fase final. Tras comprobar en laboratorio que la fórmula reduce la concentración de bacterias resistentes, se trabaja en ensayos en terreno en ocho huertas de Tirúa y Contulmo para evaluar la eficacia de las vasijas y la meta es avanzar a un modelo replicable para la agricultura campesina.
Sobre las primeras pruebas, las directora releva que “en una muestra que tenía millones de bacterias resistentes tras aplicar la formula bajó entre cien y mil”.
Los resultados preliminares se esperan para mayo del 2026, y el proyecto está en proceso para obtener patente de invención que permitiría proteger el conocimiento ancestral que está directamente involucrado con la creación del nuevo prototipo.