Innovación local: crean probiótico veterinario que beneficia la salud digestiva y neurológica
05 de Septiembre 2025 | Publicado por: Natalia Quiero
El probiótico favorece la función intestinal, inhibe patógenos, y produce un neurotransmisor que controla estrés y conductas en mascotas.
Hay una sustancia que relaja y equilibra la actividad del cerebro en mamíferos. El ácido gamma-aminobutírico (Gaba) es un neurotransmisor que reduce la excitación neuronal y facilita el normal funcionamiento cerebral, y las evidencias han demostrado efectos calmantes y control de la ansiedad, el estrés, el sueño y las conductas, entre otros aspectos.
Es así que la literatura científica reporta que el desequilibrio de Gaba se puede asociar a problemas e incluso trastornos, impulsando estudios para modular su actividad con fármacos y otras estrategias.
Un equipo de investigadores locales abordó este reto científico para contribuir con la salud de mascotas, desarrollando un producto pionero con raíces en la investigación de la Universidad de Concepción (UdeC), donde se formaron y coincidieron sus inventores y se presentó la innovación hace pocos días.
“Well-paw” se lanzó como el primer probiótico veterinario que produce naturalmente Gaba, abordando en forma simultánea la salud digestiva y neurológica para tratar problemas gastrointestinales y conductuales, y se desarrolló en Concepción por Haiken Lab, laboratorio fundado por los médicos veterinarios Susana Castro, Alonso Jerez y Joaquín Álvarez.
Probiótico revolucionario
“Well-Paw contiene Lactiplantibacillus paraplantarum HK-1, cepa que desarrollamos y patentamos específicamente por su capacidad para producir Gaba, un neurotransmisor clave para la comunicación intestino-cerebro en las mascotas”, precisó Susana Castro, directora técnica del laboratorio.
Es resultado de un largo proceso de investigación local, con pruebas científicas que demostraron diversos beneficios del uso del probiótico. Además de producir Gaba con sus efectos sobre la actividad cerebral y comportamiento, sostuvo que el producto regula la función intestinal, reduce la inflamación, controla bacterias patógenas y contribuye al equilibrio de la microbiota.
Estos resultados permitieron obtener una patente internacional, y también se compilan en un artículo científico del que se espera su publicación.
Dados sus efectos, la investigadora contó que este probiótico veterinario está indicado para el tratamiento de problemas digestivos como diarrea y enteropatías inflamatorias crónicas, y alergias alimentarias. Y especialmente relevante es su potencial para tratar animales con cuadros gastrointestinales asociados a estrés y/o problemas conductuales, de prevalencia en alza en mascotas y preocupación creciente en tutores como motivo de consulta.
“Hoy en día nuestros perros y gatos están sufriendo diferentes síntomas asociados al estrés. Esto se demuestra por el auge que han tenido los etólogos, médicos veterinarios que realizan terapias de comportamiento. Muchos de estos síntomas se asocian a un desequilibrio de Gaba y disbiosis”, profundizó Castro.
Y por ello con esta innovación se apuesta por revolucionar y mejorar la medicina veterinaria y bienestar de mascotas desde la ciencia de Biobío.
Interés global
Las investigaciones que sustentan y destacan el desarrollo de la innovación local, se dan en un escenario global de interés tanto por los probióticos como por usar Gaba y el bienestar animal.
La médica veterinaria expuso que hay distintos probióticos de uso veterinario y los efectos de cada uno dependen de la cepa bacteriana que se use. Y el que crearon es el único reportado por ser estudiado y diseñado específicamente para trabajar en el eje intestino-cerebro y producir Gaba para contribuir en la salud y comportamiento de mascotas.
Sobre ello, también contó que en Norteamérica y Japón se vende Gaba para animales, aunque se aplica en casos puntuales y no mediante probióticos, por lo que es evidente el interés y potencial de usar tanto esta molécula como de esta invención y proyectar su crecimiento.
Del laboratorio UdeC a las clínicas veterinarias
El probiótico “Well-Paw” es el primer producto que lanza Haiken Lab, un emprendimiento de base científica tecnológica que comenzó a gestarse como idea dentro de la UdeC, específicamente en el Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana que lidera la reconocida investigadora e inventora Apolinaria García, cuya una de sus líneas es el estudio y desarrollo de probióticos que la han hecho destacarse a nivel nacional e internacional.
Allí se conocieron Alonso Jerez y Susana Castro, mientras se formaban e investigaban en los programas de magíster en Microbiología y Ciencias Veterinarias. Y por su profesión, médicos veterinarios, coincidieron y alimentaron su interés de crear un laboratorio veterinario dedicado a la microbiología, investigación y desarrollo. Éste se materializó en 2020 en Concepción, junto con Joaquín Álvarez, y hoy presta servicios a recintos de distintas regiones.
“Haiken Lab se dedica a realizar diagnóstico de microorganismos por medio de técnicas de cultivo y análisis molecular, e investigación tanto de microorganismos patógenos como el virus de la leucemia felina y también soluciones basadas en microorganismos beneficiosos (probióticos) aplicables para la salud animal”, detalló Castro.
Con el primer probiótico desarrollado y presentado al mundo, un proyecto posible de materializar tras obtener fondos Corfo, hoy el equipo trabaja para desarrollar otros probióticos con funciones específicas para enfermedades no transmisibles en animales.
También avanzan en prestar servicios de evaluación de la microbiota de mascotas, algo poco estudiado. Lo novedoso y relevante de ello es que permite a veterinarios analizar qué pasa en el intestino de animales e individualizar los tratamientos según cada caso y así mejorar resultados, avanzando hacia nuevos campos en la medicina veterinaria y contribuyendo al bienestar animal.
Su primer producto, posible de materializar como proyecto tras obtener fondos Corfo y la suma de otros recursos, tiene proyección hacia el mercado nacional e internacional (clínicas y farmacias veterinarias). En Chile está en curso su proceso de expansión, mientras desde distintos países han contactado con interés de adquirirlo, demostrando la demanda por este tipo de soluciones y las oportunidades para la ciencia local como motor de desarrollo.