Cómo la ecología química puede transformar el control de plagas
09 de Agosto 2025 | Publicado por: Equipo Digital
El olfato de los insectos es una de las herramientas más sofisticadas de la naturaleza, capaz de detectar miles de compuestos químicos en cantidades diminutas. Así lo explica Ricardo Ceballos, investigador de INIA Quilamapu y pionero en Ecología Química de Insectos, quien asegura que “hablar el idioma químico de los insectos” puede revolucionar la forma en que se manejan plagas y polinizadores.
Esta disciplina estudia cómo los organismos usan sustancias químicas naturales para comunicarse e interactuar. En el caso de los insectos, implica comprender compuestos como feromonas, kairomonas y aromas de plantas que guían su comportamiento. Con esta información, es posible desarrollar estrategias de manejo específicas, como el uso de trampas con atrayentes para desorientar plagas o la liberación de aromas que dirigen a los polinizadores hacia cultivos clave.
Ceballos advierte que los sistemas sensoriales de los insectos han evolucionado durante millones de años, pero hoy enfrentan entornos alterados por la agricultura intensiva, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. “El control químico convencional presenta limitaciones en sostenibilidad y eficacia a largo plazo, por eso es necesario innovar”, afirma.
Uno de los ejemplos más claros es el manejo de la polilla de la vid (Lobesia botrana) en Chile, donde se satura el aire con feromonas que confunden a los machos e impiden su apareamiento. Del mismo modo, la ecología química busca favorecer insectos benéficos, guiándolos hacia plantas específicas mediante compuestos volátiles naturales.
Para el investigador, el objetivo no es erradicar insectos, sino regular sus poblaciones de manera equilibrada, protegiendo polinizadores y reduciendo el uso de insecticidas. “La ecología química nos permite diseñar una agricultura que conversa con la naturaleza, más sustentable y con menor impacto ambiental”, concluye Ceballos.