Aumento de las zoonosis: un problema global que afecta la salud animal y humana local

11 de Julio 2025 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Cedida | Contexto

El 75% de las nuevas afecciones tienen origen en animales y más contacto con especies domésticas y silvestres, incendios forestales, cambio climático y pérdida de biodiversidad suben cada vez más el riesgo de contagios. “En nuestra zona se dan las condiciones para que florezcan y se mantengan muchas enfermedades zoonóticas”, afirma la académica UdeC Paula Gädicke. Hanta, rabia e hidatidosis son graves ejemplos que nos afectan hoy.

Sea el amistoso lengüetazo de un perro, un arañazo o mordedura de un animal, al comer carnes o huevo o lácteos contaminados, o al respirar en un ambiente donde dejó su rastro biológico un roedor silvestre, se esconde un grave y hasta letal riesgo: la zoonosis.

Hay enfermedades capaces de transmitirse de un animal al humano por vías directas e indirectas, muchas llegan a provocar la muerte, y amenazan cada vez más la salud global. Por múltiples factores y crisis socioambientales actuales hay más riesgo de exponerse a una patología zoonótica y aparezcan nuevas para empeorar al complejo problema, según expone la doctora Paula Gädicke, docente de epidemiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción (UdeC) y directora de la Escuela de Medicina Veterinaria en el campus Chillán.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que sobre 60% de las enfermedades infecciosas que afectan al humano son de origen zoonótico, 75% de patógenos emergentes surgen de los animales, y aparece al menos una nueva enfermedad zoonótica cada año. La covid-19, provocada por el Sars-CoV-2, es un reciente y extendido ejemplo.


Y numerosas afecciones de origen zoonótico existen y preocupan en Chile y la Región, y podrían aumentar. “En nuestra zona de Ñuble y Biobío se dan las condiciones para que florezcan y se mantengan muchas enfermedades zoonóticas de tipo bacterianas, parasitarias y virales, tanto en mascotas, animales de producción y silvestres”, advierte la doctora Gädicke.

Para prevenir y controlar este fenómeno se hace vital aplicar el enfoque “Una Sola Salud”, del inglés “One Health”, que promueve la OMS para integrar como una la salud ambiental, animal y humana, estando en el lema del Día Mundial de las Zoonosis 2025 (6 de julio) y de la Organización Mundial de Sanidad Animal. En ese sentido, destaca el trabajo de la Mesa Intersectorial de Hantavirus y Otras Zoonosis que integra la UdeC para abordar la situación local.


Un peligro creciente

El riesgo principal de que se den y aparezcan nuevas zoonosis es el contacto estrecho entre personas y animales, sean mascotas, de granja o silvestres”, explica Gädicke. Esta cercanía es cada vez mayor, no sólo por las queridas mascotas dentro de los hogares, también por una actividad e intervención humana que llega cada vez más lejos en la naturaleza hasta introducirse o destruir ecosistemas y hábitats de especies silvestres que con microbios que pueden ser patógenos para las personas.


Se suman cambio climático, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, carencia de inocuidad de alimentos de origen animal, tráfico de especies y viajes internacionales son otras causas que se atribuyen al aumento de zoonosis.

Al respecto, aclara que las zoonosis se pueden transmitir por la vía directa del contacto con un animal en una mordida o lamida, y también indirecta al consumir agua o alimento contaminado, respirar un aerosol suspendido en un ambiente, o por un vector.


 


De pulgas a mascotas y animales de granja: patente riesgo de exponerse a un patógeno zoonótico

El gran problema global es también local.


La doctora Paula Gädicke destaca al virus Hanta, cuyo reservorio es el ratón cola larga que lo transmite a través de saliva, heces u orina, como una de las zoonosis más graves en el contexto regional, de alto potencial mortal sin tratamiento adecuado.

Añade la leptospirosis, causada por la bacteria Leptospira cuyo principal reservorio es la rata, que puede causar desde cuadros leves a graves y afectar órganos como riñones e hígado, y algunos casos son mortales.


En etapas temprana ambas enfermedades son parecidas: parecen una gripe muy fuerte con fiebres altas y mucho malestar, y muchas veces en los servicios de salud cuesta dar con los diagnósticos”, advierte. Ello complejiza la situación, porque mientras antes se diagnostique más oportuno y exitoso el tratamiento.

La rabia es otra gran preocupación, resalta la especialista. Afecta al sistema nervioso central de todos los mamíferos como perros, gatos y humanos, y cuando aparecen sus síntomas suele ser fatal. Aunque se previene con vacunación a mascotas que ha logrado controlar la canina y se debe mantener como estrategia, porque el virus no se ha ido. “La rabia tiene como reservorio natural al murciélago Tadarida brasiliensis”, precisa. Conocido como murciélago de cola libre, habita del extremo norte a Biobío y en su saliva se desarrolla el virus que al contacto con animales sin vacunar y humanos podría transmitirse en una mordida defensiva.


Por ello enfatiza que no se deben manipular estos mamíferos protegidos por ley, que pena su captura y daño. Si se detecta uno, sobre todo si tiene comportamiento errático, se debe aislar y llamar al Servicio de Salud y/o SAG para que acuda personal capacitado que lo retire.

La académica agrega la influenza o gripe aviar. “A humedales de Biobío y Ñuble llegan aves migratorias, y es probable que la próxima primavera traigan el virus. Manipular un ave que murió por influenza tiene potencial zoonótico para personas, además de transmisión a nuestras aves de producción o traspatio”.


También son muy comunes las pulgas y garrapatas. Y no son molestas por sí mismas, sino porque son vectores de enfermedades virales, bacterianas y parasitarias”, añade Gädicke.

Y distintos parásitos viven en perros o gatos, y pueden liberar desde sus heces y contaminar ambientes con riesgo de zoonótico, sobre todo a infantes. Algunos gusanos causan diarreas que pueden ser complejas en niños pero se pueden manejar, y otras parasitosis son graves.


Una grave es la hidatidosis, afirma, que causa unos gusanos planos que se desarrollan en quistes en órganos de animales de granja que popularmente llaman “bolsitas de agua” al verlas en vísceras al faenar ganado que peligrosamente se usa dar crudos a perros en campos y estos luego liberar parásitos al ambiente.

Los quistes hidatídicos se pueden desarrollar en el riñón, hígado y hasta en el cerebro. Es una enfermedad frecuente en la zona rural, dura mucho tiempo en desarrollarse, es difícil de diagnosticar en etapas tempranas y muy difícil de tratar”, advierte la profesional.


Y numerosas enfermedades zoonóticas son transmitidas por alimentos de origen animal contaminados con patógenos como tuberculosis, brucelosis, salmonelosis y triquinosis.

Vital responsabilidad humana


Es evidente la responsabilidad humana en el problema, y así en la solución. Tenencia responsable de animales y autocuidado son la clave de la prevención y control.

Por los diversos agentes zoonóticos presentes en el medio natural, la doctora Gädicke enfatiza lo vital de la vacunación a perros y gatos. La aplicación masiva de la antirrábica ha sido esencial en el control, y debe mantenerse como estrategia anual o de frecuencia según fabricante. Y hay vacunas contra otras patologías como la leptospirosis, siendo relevante asesorarse por médico veterinario.


También hay que realizar desparasitaciones sistemáticas de perros y de gatos. Debe ser interna con medicamento dado por un médico veterinario, y externa. Así nos aseguramos que el antiparasitario sea contra gusanos redondos y tenias, y para proteger contra pulgas y garrapatas”, destaca.

Además es crucial asegurar la higiene, tanto aseo de mascotas como ambientes. Hay que limpiar a diario deposiciones en patios y otros sitios para evitar presencia de huevos de parásitos. Y es relevante sanitizar con cloro en lugares de cemento.


Y hay que lavar frecuentemente las manos, sobre todo tras contacto con animales y desechos.

“Estas medidas son factores de protección y se pueden bajar los riesgos, pero el riesgo cero no existe”. Por eso llama a evitar especialmente lamidas, sobre todo en el rostro. “Por más que ame y tenga cuidado a mi perro no es saludable para nosotros que lengüetee la cara, porque la flora bacteriana de su boca no es la misma que la nuestra. Y sobre todo en razas pequeñas o cuando envejecen acumulan sarro en sus dientes y eso representa otro problema peor”.


No hay que olvidar tomar medidas al adentrarse en ambientes rurales y silvestres, evitando tocar animales silvestres, e higienizando manos ante posible exposición a fluidos y riesgos biológicos.

Por ello se deben ventilar cabañas o casas en campos, sobre todo si han estado tiempo sin habitar, no dejar alimentos al ambiente, y no beber agua si no es potable. Y sólo hay que consumir alimentos animales de origen conocido y regulado, que estén en buen estado y bien cocidos.