Rosario Castillo, directora CB-UdeC: “Si hablamos de biotecnología, hablamos de sustentabilidad”

17 de Junio 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Cedida | Centro de Biotecnología UdeC

Cada 16 de junio se celebra y demuestra el impacto que el progreso biotecnológico tiene para las personas, el planeta y el aporte concreto al desarrollo sostenible.

El 16 de junio de 1980 la ingeniera genética Ananda Mohan desarrolló una bacteria proveniente del género Pseudomonas, capaz de descomponer el petróleo crudo para tratar derrames de este y favorecer al medioambiente. Eso marcó el origen de la industria biotecnológica en el mundo y dio las primeras luces de su enorme potencial para enfrentar grandes problemáticas, lo que cada año se celebra con el Día Internacional de la Biotecnología para ponerla en valor, sobre todo su aporte al desarrollo sostenible, cuyo logro a 2030 es el gran desafío global, a través de 17 Objetivos establecidos por la Organización de las Naciones Unidas.

Gama de usos en colores

¿Qué es la biotecnología? “Es la agrupación de distintas disciplinas enfocadas en utilizar elementos de organismos vivos como células, enzimas o genes para incorporarlos a procesos o productos para solucionar problemas e innovar y/o mejorar lo que tenemos, haciéndolos más sustentables y acordes al cuidado del medioambiente”, explica Rosario Castillo, doctora en Ciencias mención Química y directora del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción (CB-UdeC), manifestando que “si hablamos de biotecnología, hablamos de sustentabilidad”.

En otras palabras, la biotecnología busca y genera soluciones basadas en la naturaleza que van en pos de la naturaleza, pues su aplicación en múltiples áreas tiene relevantes beneficios para la humanidad y el planeta. Y lo más trascendente es que su uso es tan variado como las disciplinas involucradas, resalta.

Una diversidad que se expresa en una gama de colores. La biotecnología verde se enfoca en hacer cultivos más sustentables y resilientes frente a plagas o eventos climatológicos. La roja son estudios de impacto en salud humana o animal con la creación de nuevas vacunas o medicamentos. La que usa los recursos marinos para obtener productos sanitarios, cosméticos o alimentarios es azul. Y cuando son investigaciones para una mejor nutrición y alimentos el amarillo distingue. Las aplicaciones orientadas en el medioambiente y recuperación de ecosistemas se colorean en gris. El blanco se emplea para estudios biotecnológicos aplicados a procesos industriales y desarrollo de biocombustibles. Por último, con el dorado se caracteriza a la bioinformática.

 

Centro de Biotecnología UdeC

Biotecnología en la UdeC

Varios colores pintan el quehacer del Centro de Biotecnología UdeC, una de las entidades impulsoras del progreso biotecnológico local y que se creó en 2002 por iniciativa de la casa de estudios y del Gobierno Regional para promover el desarrollo de la Región del Biobío, que antes incluía al territorio de la de Ñuble. “Por tanto, nuestras líneas de investigación están relacionadas con el quehacer económico y productivo de Biobío, Ñuble y zonas aledañas”, afirma Rosario Castillo.

Así, apunta que el desarrollo de aplicaciones para la industria forestal es uno de los trabajos que están desde el inicio y más fuertes del CB al igual que los estudios en biotecnología marina y acuícola. Con el tiempo, cambios ocurridos y nuevas necesidades surgidas se han ido sumando o potenciando líneas, como en el ámbito agrícola tras crearse la Región de Ñuble. Y la doctora Castillo destaca que también se han hecho parte de investigaciones en salud, como desarrollar vacunas contra hantavirus en colaboración con la Facultad de Ciencias Biológicas, con capacidades que se han puesto a disposición y fortalecido en tiempos de Covid-19, haciendo importantes contribuciones para afrontar la pandemia y que hacen proyectar a esta área.

Pero, la primordial proyección y reto de cara a los próximos años es “llegar a más empresas, comunidades y organizaciones comunitarias para hacerles entender el rol de la biotecnología”, sostiene. Es que para materializar el aporte al desarrollo regional, los estudios del Centro se suelen ejecutar en vínculo con la industria y entre los exitosos resultados de casi dos décadas de trabajo está que muchos proyectos han permitido desarrollar y entregar un producto. Sobre esto manifiesta que “hay empresas que históricamente nos han colaborado, pero siempre estamos abiertos a colaborar con muchas otras”, para así avanzar en nuevas investigaciones que conduzcan a crear soluciones a problemas reales, aplicables y que favorezcan al desarrollo productivo sin perjudicar a la naturaleza, resaltando que “creemos que no está completo el trabajo mientras sigamos teniendo tecnologías por mejorar en términos de lograr una mayor protección a nuestros recursos naturales y medioambiente”.