Fiestas y soledad no deseada

Señora Directora:

Se acercan las fiestas de fin de año, se percibe la alegría previa a compartir con la familia y seres queridos. Muchos se movilizan a lo largo del país para reencontrarse. Sin embargo, cada vez son más las personas que pasan una Navidad solitaria, en especial las personas mayores.

En Chile el 14% de las personas mayores de 60 años viven solas y, entre las mayores de 80 años, una de cada cinco vive sola (INE, 2018). Es relevante señalar las diferencias entre la soledad deseada y la no deseada, la primera es una elección, por tanto, no genera efectos negativos, puede ser un espacio para estar consigo mismo. En la segunda radica el problema. Se ha evidenciado que la soledad no deseada puede vincularse con afectaciones cardiovasculares debido a la relación con tabaquismo, obesidad y sedentarismo. También se ha observado un mayor riesgo de demencia y quizá una de las principales consecuencias: depresión y ansiedad, hasta incluso llegar a cometer acciones contra sus vidas.

Cada año, voluntarios acompañan en las fiestas a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, no obstante, muchas veces no son suficientes. Esto es un llamado de atención, ya que promover actividades en las cuales se incluyan a las personas mayores no es solo una responsabilidad social, sino también gubernamental.

Recordemos el sentido fundamental de las fiestas. Más que una celebración, es una instancia familiar, un momento para agradecer por lo que tenemos y lo que vendrá, una pausa para conectar con otros. Dado que somos seres sociales, todos deberíamos tener la oportunidad de hacerlo, sin excepciones.

Por Rocío Zúñiga Tapia