Obligatoriedad del voto

Señora Directora:

En la antigua Grecia surgen los principios de la vida política y es en la polis donde se discuten temas como la participación, tipos de gobierno y el rol público de las personas, conceptos clave no solo en aquellos tiempos sino también hoy, pues estos dilemas siguen siendo relevantes para la sociedad contemporánea.

A lo largo de la historia, diversos pensadores han argumentado y postulado supuestos que han fortalecido nuestra democracia. Así, uno de los referentes más influyentes en la modernidad, Jean Jacques Rousseau, aborda la importancia de la voluntad general, proclama su entusiasmo por el ágora, y argumenta que la política es el lugar donde debemos estar y la voluntad del hombre es admirable en la colectividad. Nada es más importante que la voluntad general y esta se manifiesta con el voto o con la participación de los ciudadanos, quienes por supuesto deben despojarse de los intereses individuales cuando estos no son compatibles con el bien común. No podemos permitir que la desafección y desinterés en el mundo público nos lleven a la decadencia, debemos revivir la fascinación de los antiguos griegos por la actividad política y la vida cívica, debemos cumplir con nuestro derecho, que a la vez es un deber, a votar.

En esta misma línea, la ONU refuerza que el principio fundamental democrático es la voluntad del pueblo que es la fuente de legitimidad de los Estados soberanos, por lo mismo busca estrategias que promuevan e incentiven la participación, pues lo público no puede ser ajeno a nuestra vida. Somos seres sociales, seres políticos y no podemos negar nuestra esencia que nos compromete con los demás y nos invita a ser ciudadanos responsables. La falta de interés en los asuntos públicos es insólita, pues viviendo en democracia, teniendo el derecho a manifestar institucionalmente nuestra opinión, es una paradoja que se deba legislar sobre la obligatoriedad del voto.

Constanza Escobar Cárdenas