Titanic

Señora Directora:

Ante la nueva caída histórica de nuestros ahorros previsionales, muchos vemos que cambiarse de AFP o de fondo (básicamente lo mismo) es igual a pasar de un camarote a otro dentro del Titanic, eso mientras su ideólogo observa desde tierra firme cómo el Carpathia (don Estado, en mi suerte de metáfora) llega a socorrer a los náufragos mediante su nuevo salvavidas llamado PGU. El hundimiento en la pobreza es tan evidente como inevitable.

En la misma línea, como cotizantes nos movemos en un océano de incertidumbres, tanto así que bajo un sistema donde los únicos beneficiarios son los accionistas del monopolio privado –a.k.a “Asociación de AFP”–, muchos de los afectados apuestan por un sexto retiro sin prever las consecuencias a largo plazo, acción similar a beber agua salada en medio del mar. Claro, cabe recalcar que todo este desastre estructural de consecuencias económicas y sociales nefastas es con amor.

Fernando Fernández Ulloa