Cooperativismo

Señora Directora:

Con el término de la cuarentena y el posterior levantamiento del cordón sanitario en las comunas de Hualpén y San Pedro, volvemos a caer en cuenta de la presencia de un mal endémico mayor: toma de disposiciones centralizadas alejadas de la realidad de cada región.

En relación con lo mismo, y sacando del análisis que el gobierno enfrenta esto como una debacle económica con orígenes sanitarios, la pandemia ha dejado en evidencia que el mecanismo de toma de medidas para las distintas regiones es, por decir menos, obsoleto. En efecto, cuando cada región responde a realidades productivas, de densidad, de infraestructura básica y de ingresos dispares, tenemos como resultado que las decisiones con bases referenciales emanadas desde un poder único ubicado en la capital es una arista que debe ser revisada. Es aquí donde los alcaldes, usando distintos matices, ya nos advirtieron de lo anterior.

Tal vez con la entrada en escena de los gobernadores elegidos vía votación esto comience a cambiar. Sin embargo, en el corto plazo se ve improbable si el nuevo cargo carece de atribuciones amplias para enfrentar coyunturas graves. No hablo de desmembrar al país, sino de otorgar iniciativa a las regiones para responder a sus diversas necesidades.

Refundemos Chile en base a una coordinación cooperativa. La subordinación centralizada – más bien concentrada – demostró ser insostenible en el tiempo.

Fernando Fernández Ulloa