El papel aguanta

Señor Director:

Los invito a que destinen 15 minutos de su tiempo en la página web de Essal. Lean el código ético. Excelencia en la prestación de servicios. Un modelo de negocios sostenible, basado en el desarrollo de las personas y en criterios de responsabilidad.

Luego den una vuelta por la web de Aguas Andinas, dueños de Essal. Ahí abunda el compromiso con los clientes 24/7, la creación de valor compartido con el entorno o el compromiso con la calidad de vida de las personas y el desarrollo del país. Ni qué decir de su compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU para ser alcanzados el 2030.

Para que aburrirlos con la definición de compliance que para ellos es mucho más que el cumplimiento de normas y estándares, ya que implica “la creación de una cultura de integridad y ética corporativa que guía el comportamiento y la toma de decisiones de todos los trabajadores dentro de nuestra organización”. Herramientas para las buenas prácticas, le llaman.

Essal tiene decenas de multas por mala gestión y pésimo servicio. El día en que ocurrió la desgracia de Osorno había un trabajador a cargo, en un turno de 12 horas, con equipos precarios y falta de luz para inspeccionar el lugar del accidente. Las respuestas a los medios fueron difusas y la entrega de información a las autoridades fue parcial, llegando al extremo de provocar un bochorno al Presidente.

Ningún director ha renunciado. Casi todos con pasado político:  ex ministros y ministras, ex subsecretarios o ex intendentes. Nadie pidió renuncias y ninguno renunció.  Es que todo es de papel, porque todos esos pomposos principios y valores solo ayudan a los asesores para cobrar suculentos honorarios. Código de ética, política anticorrupción, modelo de prevención del delito y política de donaciones o auspicios son simple letra muerta y un accidente así lo demuestra.

Muchas empresas no deberían gastar su dinero y tiempo en tanto papel inútil y tanta declaración falsa. Mejor un solo papel que les recuerde hacer las cosas bien y en forma decente.

 Jorge Condeza Neuber