Falta un remezón

Señor Director:

Hace 20 años era común que la gente me increpara por hablar mal de algunas autoridades o denunciar supuestos actos de corrupción. Nuestro país no es como el resto, las autoridades son honestas y estamos muy lejos de ser un país bananero, eran frases que se repetían. “Ud. hace daño al país, ya que declara como corrupción actos que no lo son”, me dijo una autoridad.

Ahora muchos se preguntan cuándo se jodió Chile, parafraseando a algún peruano famoso. Yo no tengo respuesta para ello. Ha habido un cúmulo de asuntos que nos han llevado al estado actual de las cosas. Quizás partió con el MOP-Gate, o el jarrón de Lagos. O quizás fue el caso Dávila o los Pinocheques.

Si hacemos una lista, seguramente encontraremos corrupción desde los inicios de la Patria, pero en el último tiempo el asunto está sin control producto de creernos los mejores de Latinoamérica y así bajarle el perfil al problema creyendo que con eso, el asunto se soluciona.

Se denunció por años el tema de los operadores políticos en todo el aparato del Estado. Se descubrieron decenas de asuntos en los Municipios. Se dejó hacer con manga ancha en las elecciones, incluso aplaudiendo al hombre del maletín. Se soportó por décadas que las obras públicas demoren más y cuesten 30% extra que lo normal, mientras el presupuesto público crecía sin control y los programas mal evaluados se siguen ejecutando sin explicación. Se descubrió fraude y malversación y el 99% de los involucrados no recibió castigo. Hubo tráfico de influencias. Hubo compra de leyes. Hubo de todo.

Y aquí estamos ahora. Lamentándonos que las instituciones se fueron a las pailas. Carabineros, FF.AA., Iglesia y Parlamento; y ahora se ve salpicado el Poder Judicial y el Ministerio Público. Y no existe ningún pudor en nada. Ya todo da lo mismo y la ciudadanía con cierta preparación le sigue sobando el lomo a las autoridades de turno sin importar que hayan hecho. Si vendieron asesorías truchas, si boletearon sin razón; si pagaron o no sus impuestos. No importa. Les rinden pleitesía y aceptan cualquier presión.

Como dijo Matamala, nuestra sociedad es un perro que ladra, pero no muerde. Los medios aceptan presiones indebidas. Las autoridades se dejan arrastrar por pocas lucas o un mejor cargo. Las redes tejen y tejen y muchas autoridades no entienden el rol que cumplen y se preocupan de la basura, de crear y de esconder basura, y no del interés de la gente que los eligió. Falta un remezón de verdad es Chile.

Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial