¿Algo a cambio?

Señor Director:

Ya podían imaginarse los observadores acuciosos de la industria hollywoodense que escándalos sexuales como los del productor Harvey Weinstein podrían replicarse en Chile sin problemas, y finalmente vimos algo similar sobre cierto productor del canal estatal.

Al igual que con en el escándalo del VIH, algunas de sus causas se pueden encontrar en el frío libertinaje sexual que nos tiene presos, pero que esperamos superar.

Cuando las relaciones sexuales se despojan de lo que las hace especiales, es decir, el cariño, el amor y un profundo vínculo espiritual con la pareja, se entiende como un mero trámite material: carnes satisfaciéndose por el momento.

Esta concepción materialista del sexo, que campea a sus anchas en la cultura posmoderna, le despeja el camino al sexo contractual porque, si no hay más que el cuerpo del otro, ¿por qué no negociar e incluso chantajear por él?

Cuando entendemos la relación sexual como algo íntimo se nos hace imposible transar los cuerpos de jóvenes actrices con ansias de cumplir sus sueños como si fuese un kilo de pan. La cálida postura tradicional tiene mucho que aportar frente al desalmado -literalmente- materialismo de hoy.

Cristóbal Díaz Guitart