Despedida de Nicanor Parra

Señor Director:

Magistral despedida de Nicanor Parra: Voy y vuelvo, me recuerda el dicho: lo bueno si breve, dos veces bueno. Una síntesis de pensamiento, se despide como poeta. Toda una lección país que pudimos apreciar desde provincia al ver parte de su despedida desde la Catedral: cubierto por la laboriosidad y el amor de su madre y el respeto de quienes acudieron a expresar su reconocimiento. Supo ser el mayor, siendo aún adolescente, al optar por lo que le pareció la mejor opción; ante la pobreza y la carencia del soporte paterno, opto: por el estudio y no se equivocó. No podía faltar: el canto de su hermana Violeta, hija de una familia numerosa que supo desarrollar sus talentos. Cuando ya se ha vivido intensamente, los últimos mensajes son claves, a veces, una palabra basta. Recuerdo, al instante, los versos de Teresa de Avila: Quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta. Estimado lector, desde ahora leeré al Parra humano y divino, era también, un hombre de gestos que con toda su humanidad así se despide. Todo un educador. Agregue usted lo que falta.

Irma Hermida Labarca