Rentas Vitalicias y asesores

Señor Director:

No sacaremos mucho con fomentar el turismo, lamentar la baja en la calificación de competitividad…. si no comprendemos el inmenso daño que nos causamos, al no poner atajo, desde todos los frentes,  a la creciente violencia y odiosidad. Es muy serio que exista tanta juventud al margen del estudio y del trabajo, más aún si es decisión de los propios jóvenes al no ver sus proyecciones futuras desde el seno de hogar. Ya mencionar esta palabra me parece que estuviera en peligro, que como todo lo bueno y bello hay que cuidar.

No es necesario incendiar iglesias, vehículos, amenazar para hacerse oír, los líderes de los diversos grupos deben buscar formas pacíficas, inteligentes, solemos ver mensajes escritos que llegan a miles de personas, expresando diversas solicitudes y demandas. En esto la actitud de los líderes e interesados es primordial. En niveles de la política de estado, también,  el tipo de liderazgo generará capacidades de entendimiento o confrontaciones que pueden ser sanas o dañinas. La historia si es veraz, lo dirá en su momento, antes es mejor la evaluación oportuna para las rectificaciones.

Nos parece perverso, de mal gusto y antipatriótico amenazar la integridad física del anciano Papa Francisco, lo señala un diario en panfleto dejado estos días. Pésimo, más aún, para una visita que se espera, en un país que se considera hospitalario.

Aparte de los ejecutores de los detestables actos antes señalados, existen personas que utilizan diversos medios de comunicación y desde hace años, una de sus motivaciones ha sido darle duro a la iglesia, al descalificar reiteradamente las religiones, especialmente la católica, en parte, por los nefastos hechos conocidos o quizás por qué otros motivos. Cuánto deseamos que los errores se corrijan rápido y en todos los ámbitos. No seamos opinólogos sin conocer los temas, es fácil exigir y suele ser poco el obrar.  Esto debe entenderse para que no condicionemos la libertad de acción del Papa Francisco con tanto reclamo. El saber pedir y el saber dar debe ser desarrollado como una gran capacidad humana.

Lo más importante es tener una buena disposición para escuchar el mensaje del Papa Francisco, interesarnos por lo nuestro, educarnos para extirpar nuestras intolerancias, a fin de seguir reconstruyendo y construyendo. Si a usted no le interesa la visita, no es problema, el problema es la mala onda y eso, estimado lector, no es lo nuestro.

Irma Hermida Labarca