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Solsticio de invierno: cuando la naturaleza completa su ciclo anual

Por: Claudia Farias 21 de Junio 2017
Fotografía: Greyerbaby

La noche del 20 al 21 de junio, específicamente 24 minutos después de la medianoche (hora chilena), ocurrió el solsticio de invierno en el hemisferio sur, momento que marcó la noche más larga del año.

Así para muchos es tiempo de una celebración que en nuestro país puede ser el We Tripantu -Año Nuevo Mapuche-, o la Noche de San Juan, tomada de la tradición española, ambos el 24 de junio.

Es que este solsticio tiene un significado especial en todas las culturas ya que determina el punto del calendario en que la naturaleza comienza su renovación pues pasamos lentamente de días que se iban haciendo más cortos, a lo contrario, noches que van paulatinamente reduciéndose, lo que gatilla en la memoria genética de plantas y animales el comienzo de la regeneración de cada especie, que veremos concretarse en primavera.

En términos astronómicos el solsticio ocurre a causa de la traslación elíptica de la Tierra alrededor del Sol y de la inclinación de su eje, que, como sabemos, no pasa exactamente por los polos. Esto significa que en un momento del año el Sol ilumina de forma oblicua a uno de los hemisferios del planeta. En nuestro caso el 21 de junio el astro parece inclinado generando el día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio sur.  Lo contrario ocurre en el hemisferio norte que celebra en la misma fecha el solsticio de verano.

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