Editorial

Notorio escalamiento del consumo de drogas en Chile

Por: Editorial Diario Concepción 27 de Junio 2017
Fotografía: Agencia UNO

Mientras se enarbolan banderas de libertad y progresismo, se opta por disminuir las consecuencias de esa libertad mal entendida, o se elige distraer la atención sobre las consecuencias que pudiera tener la indicación de despenalizar el uso de la marihuana, desoyendo los antecedentes nuevos que hacen de esta postura un tema progresivamente más indefendible.

Sin ánimo de confundir, esta droga pudiera tener efectos terapéuticos en situaciones muy acotadas, sin evidencia concluyente, no es esa la naturaleza del problema, sino sobre el hecho que hay consecuencias negativas del consumo sobre la gente más joven. Las consecuencias de la hibris, el concepto griego para desmesura y soberbia para transgredir los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales, sin querer ver las advertencias, como el proverbial “Dios ciega a los quiere perder” da a entender.

Lo que está allí para ser visto es que uno de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una droga en 2014, según la OMS, más de 29 millones de personas que consumen drogas sufren trastornos relacionados con ellas. El número de muertes relacionadas con las drogas, que en 2014 se calculó en alrededor de 207.400, es decir, 43,5 muertes por millón de personas de entre 15 y 64 años, ha permanecido estable en todo el mundo, aunque sigue siendo inaceptable y evitable.

Los datos recientes de los estados que han legalizado el consumo recreativo de marihuana en EE.UU., indican que ha aumentado el consumo de cannabis y del mismo modo el impacto sobre los indicadores de salud y seguridad pública, mostrando la incidencia del cannabis en el número de ingresos a los servicios de urgencias, hospitalizaciones, accidentes de circulación y muertes, con disminución del el número de detenciones, procesos judiciales y remisiones a tratamiento, desde el sistema de justicia penal debido a la legislación más permisiva.

Las tendencias en Chile empeoran, según el informe Mundial Sobre Drogas 2015 de la ONU, es el tercer país que más consume cocaína en América, el 1,73% de la población entre 15 a 64 años, siendo superado solo por Estados Unidos y Canadá con 1,8%. Además, el país se sitúa como el tercero de América con respecto el consumo de marihuana, con 11,83%, mientras Estados Unidos tiene una prevalencia de 16,5% y Uruguay un 14,73%.

El comentario desde el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) es un tanto desconcertante para un organismo que está allí precisamente para hacerse cargo de esta circunstancia “a todos nos gustaría que el consumo de drogas en Chile fuera menor y nos preocupa el uso de estas sustancias, especialmente en población adolescente”, para describir laxamente algunos factores que explicarían esta dudosa alta posición regional, señalando que el consumo de marihuana es el que más ha crecido. Mientras en 2010, eran 75 mil personas quienes reconocían consumirla, en 2014 la cifra se disparó a 250 mil.

Con estas cifras se podría haber esperado una demostración de mayor consternación, de una apropiación más comprometida ante una realidad que amenaza severamente el desarrollo de miles de niños y jóvenes chilenos, salvo e que en realidad se haya decidido dar a este problema un tratamiento de mayor corrección política, más alineado con un mal entendido concepto de democracia y de sociedad libertaria.

Etiquetas