Economía y Negocios

Bono término conflicto promedió $2 millones 100 mil durante año 2016

Por: Javier Ochoa 11 de Julio 2017
Fotografía: Archivo

Un total de 101 empresas de nueve diferentes sectores económicos integraron la muestra que participó del estudio. La Central Unitaria de Trabajadores provincial aseguró que esos valores no se ajustan a la realidad de la Región del Bío Bío.

En 2016 las empresas entregaron bonos de término de conflicto que en promedio ascendieron a $2.138.181 pesos bruto, según arrojó el estudio de Negociaciones Colectivas Mercer Chile.

La consultora de Recursos Humanos efectuó este sondeo por segundo año consecutivo, con el propósito de realizar un análisis de los contratos y convenios colectivos vigentes, así como de los procesos de negociación que dieron origen a los instrumentos que conforman esta investigación.

Sin embargo, la CUT provincial aseguró que ese promedio está muy lejos de la realidad de la Región del Bío Bío.

El estudio

En esta versión participaron 101 empresas, que tienen en conjunto una tasa de sindicalización del 54%. Estas compañías pertenecen a 9 diferentes sectores económicos. La fecha corte para la muestra fue el 30 de septiembre de 2016.

Al hablar del nivel de conflictividad de las negociaciones, el 58% de las empresas que participaron del estudio las calificó como “para nada o casi nada conflictivas”, mientras que el 42% las tildó de intermedias o conflictivas. Al comparar los resultados de esta muestra con las del estudio anterior, se aprecia una leve alza en la conflictividad, pues en 2015 el 61% de las compañías que conformaron la investigación afirmaron que los procesos eran “para nada o casi nada conflictivos”, mientras que el 39% los calificó de intermedios o conflictivos.

“Los principales factores que influyeron este año en el alza de tres puntos de las negociaciones conflictivas fueron la incompatibilidad de satisfacer los requerimientos de los sindicatos por parte de las empresas ante las restricciones presupuestarias que han experimentado”, detalló Agustina Bellido, Líder de Productos de Mercer Chile.

Los procesos más conflictivos se dieron principalmente en los sectores Salud y Servicios Financieros.

“Las negociaciones para nada o casi nada conflictivas, se explican por factores como el trabajo constante de la empresa con el sindicato y/o grupo negociador; la posibilidad de dar cumplimiento a gran parte de sus requerimientos. Las compañías identifican además como factor relevante el tener dirigentes sindicales cuyos intereses están claramente dirigidos al bienestar de sus representados”, detalló Natalia Bocaz, Consultora Senior de Carrera de Mercer Chile.

Entre los resultados, destaca que el 58% de las empresas presenta al menos un responsable del área de relaciones laborales, con una dotación promedio de 3 empleados.

En el 42% restante no existe un área o cargo con dedicación exclusiva a esta materia, y las funciones son asumidas por la gerencia de Recursos Humanos. Las industrias del Retail y Minería son las que presentan la mayor frecuencia del área, con 86% y 78%, respectivamente.

Otras conclusiones destacadas revelan que en cuanto a entidades negociadoras desde las compañías, en el 47% ellas están a cargo del equipo ejecutivo (Gerentes de primera línea, Recursos Humanos, Administración y Finanzas y el líder del área que se encuentra negociando). En el 31% de los casos Recursos Humanos es el primer responsable del proceso de negociación colectiva.

Visión de la CUT

Consultado el presidente provincial de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Sergio Gatica, sobre estas cifras, éste aseguró que el promedio del estudio no representa en absoluto la realidad de la Región del Bío Bío.

Sobre el tema de fondo, las negociaciones colectivas, Gatica estimó que las empresas han estado bastante “mezquinas” en las negociaciones.

“A partir de la productividad y las ganancias que tienen empresas como la forestal, creemos que los trabajadores debieran tener mejores resultados que los obtenidos hasta ahora. El problema además es que muchas veces terminan hipotecando un conjunto de beneficios por un bono de término de conflicto que al final vemos que no es la gran cosa, y muy por debajo de este promedio que asegura el estudio”.

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