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Camilo Olivares, el futuro del salto largo regional

Por: Daniel Kuschel 16 de Octubre 2017
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Grandes marcas y un futuro promisorio. Camilo Olivares es una de las principales cartas que actualmente tiene la Región del Bío Bío, y el país en el salto largo. El atleta, quien también es estudiante de ingeniería de la Universidad del Bío Bío, conversó sobre su historia, proyectos y cómo hace para compatibilizar los estudios con el deporte del alto rendimiento desde el año 2008 que comenzó en la disciplina.

– ¿Cómo fueron tus inicios en el atletismo?
– Cuando se empieza es como generalizado, y al año o dos, practicando uno se especializa.

– ¿Y cómo decidiste que tu especialidad era el salto largo?
– Cuando entré al atletismo, mi profesor me estaba entrenando para ser velocista, 100 metros. Un día en una competencia vi a un chico que estaba haciendo salto largo aquí en Concepción, y me gustó el estilo y la técnica.

– ¿Te diste cuenta que tenías aptitudes?
– Siempre pensé que podría tenerlas, y se lo comenté a mi entrenador. Con el tiempo empezamos a practicar velocidad y un poquito de salto largo. En las primeras competencias me fue bien, empecé a saltar lejos y a ganar torneos rápidamente. Fue como un impulso, así que le comenté a mi entrenador y él me apoyó para seguir este camino.

– ¿Cómo ha sido ese camino para conseguir los objetivos?
– Ha sido complicado porque el entrenar y estudiar es complejo en Chile. Son muchas horas de práctica. Cuando era más chico no entrenaba tanto como ahora, pero de todas formas se hacía complicado por el tema de los horarios y también del clima. Concepción es difícil para entrenar en ese aspecto, sobretodo porque los atletas tenemos que entrenar en la tarde, desde las 5 en adelante, y en invierno a esa hora ya casi está oscuro.

– Son muchos factores…
– Claro, el cansancio, el frío, el cansancio del colegio y ahora la universidad, todo se va acumulando. Es bien sacrificado la verdad.

– ¿Cómo lo hacías cuando el Ester Roa no estaba disponible, por ejemplo?
– Esos años en que estuvo en remodelación comenzamos a entrenar en los Sagrados Corazones. Mi entrenador y formador, Edgardo Molina, es profesor de Educación Física del colegio, y justo habían hecho la inversión de construir una pista atlética con todos los elementos que se requieren para entrenar.

– Fue en el momento justo…
– Claro. Se llegó a un acuerdo con la institución y con el Centro de Entrenamiento Regional (CER) para que sus atletas pudiesen entrenar ahí en los Sagrados Corazones en ese tiempo. Eso me permitió nunca estar lejos de una pista en ese periodo.

– ¿Cómo llegaste a ser deportista de la Universidad del Bío Bío?
– Entré becado, porque tenía dos opciones. La primera era estudiar Ingeniería Civil Industrial, que es la carrera que hoy sigo, pero no era mi primera opción. Esa era irme a la Fach para ser piloto de guerra.

– ¿Y cómo te decidiste por la ingeniería?
– Estaba barajando esas dos opciones. La Fach igual te exige en términos deportivos, pero en cuarto medio me fue bien en atletismo, clasifiqué a un sudamericano juvenil que se realizó en Colombia y ahí salí campeón. Estaba en el proceso de postular a la Fach y dar la PSU y el profesor Jorge Grosser que es el de atletismo en la UBB me ofreció la beca cuando le comenté mis inquietudes. Beca completa, pero que me fuera a la U. Ahí decidí estudiar en la UBB porque podía tener la beca y seguir entrenando atletismo.

– ¿Y de dónde venía el gusto por la Fach?
– No lo sé la verdad. En la Fach hay hartas especialidades y yo quería ser o piloto de guerra o ingeniero aeroespacial. Era un tema de gustos, de que me gustaba ver la parada militar y los uniformes, y mi papá es oficial de la Marina Mercante, y quizás por ahí tiene algo que ver.

– ¿Cómo se fue dando tu carrera?
– Esto significó un cambio de lleno al alto rendimiento. Estaba saltando ya sobre 7 metros, metiéndome entre los mejores de Chile sólo con 17 años, era chico y estaba saltando bien.

– Seguiste compitiendo mucho..
– Fui a los Juegos de la Araucanía todas las veces que pude, y estando por la UBB gané un par de nacionales con marcas más o menos buenas.

– Y este año has tenido competencias importantes…
– Claro. Este año antes de las universiadas clasifiqué al Sudamericano Adulto a mediados de año, al que era muy complicado acceder porque exigían una marca muy superior a la que yo tenía registrada.

– ¿Cómo la conseguiste?
– Nos dedicamos a entrenar específicamente para obtener ese resultado, para llegar al Sudamericano y al Mundial. A fines del año pasado lo habíamos conversado con mi entrenador para tener un plan especial con miras a este campeonato.

– ¿Eso se complementa con otros deportes?
– Sí, entreno pesas con el profesor Daniel Camousseigt, que es un maestro de la halterofilia. En general, tengo suerte de que tener muy buenos entrenadores, y para llegar a ser bueno, hay que practicar con los mejores.

– ¿Cómo fue la experiencia en las universiadas en Taipei?
– Fue una experiencia increíble. El campeonato se llama Mundial Universitario, pero de universitario tiene muy poco. Son todos atletas profesionales y la mayoría olímpicos que compiten por su universidad. El nivel es muy alto.

– ¿Cuál es la evaluación que hiciste de esa competencia?
– La experiencia fue excelente, aprendí muchísimo. Iba con muchas ganas y con muchas expectativa. No se lograron los objetivos, pero se estuvo allá.

– ¿Querías otra marca?
– Me tenía mucha más fe, pensaba que podía andar mejor, pero hay otros factores que influyen mucho el rendimiento, como el cambio climático y el de horario, sobretodo para nosotros que somos del sur del mundo y estamos acostumbrados a una temperatura más bien baja, ir a un país casi tropical y competir con casi 40° es complejo.

– ¿Cuáles son tus objetivos a futuro?
– A corto plazo, estoy apuntando durante el primer semestre del próximo año hacia los Odesur y el Iberoamericano. Ya estamos entrenando para aquello, y este semestre me queda el campeonato universitario, pero los trabajos apuntan para en mayo del próximo año meterme en los primeros lugares. Por mi obviamente voy a ganar, pero igual hay otros factores que intervienen.

– ¿Tienes un modelo a seguir en tu disciplina?
– No tengo uno en específico. Empecé en el salto largo por una motivación propia, pero obviamente con el tiempo uno va conociendo a los grandes modelos que tiene el mundo del atletismo. Siempre veo videos y me gustan mucho los de los campeonatos mundiales. Hay algunos atletas que resaltan más por su técnica que otros.

– Eres de Talcahuano y ahí en el salto largo está siempre la referencia de Daniel Pineda…
– Claro, también es de la zona y tuvo al mismo entrenador que yo. Tenemos cosas en común. Obviamente uno quiere andar lo mejor posible y claramente lograr una medalla sudamericana o panamericana como la que obtuvo Daniel, o mundial u olímpica, todos los atletas que vemos el atletismo apuntamos a eso.

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