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La dura realidad de los árbitros en el deporte chileno

Están siempre en el ojo crítico de la afición y también de los exponentes, independiente de la disciplina. Muchas veces carecen de autocrítica, pero también no pocas de una formación o remuneraciones que se condigan con su esfuerzo y vocación.

Por: Diario Concepción 07 de Agosto 2017
Fotografía: ARCHIVO | Javier Larrondo | Agencia UNO

Por Ricardo Cárcamo y Daniel Kuschel

Son los más criticados, cuestionados y muchas veces insultados de la actividad deportiva. El arbitraje en Chile intenta evolucionar también con las disciplinas en las que debe impartir justicia, pero a veces lo hace de manera más lenta. Lo que en muchas oportunidades se desconoce es qué requisitos y formación tienen los jueces, cómo son remunerados, si esto se condice con la actividad que desempeñan, y además, cómo son evaluados para así continuar su rendimiento, entre otros factores.

Y pese a que las polémicas arbitrales del fútbol son las más visibles mediáticamente, otras disciplinas como el básquetbol, el hockey o el rugby no están ajenas a ellas.

En el caso del básquetbol nacional, los errores y cuestionamientos se han hecho una constante en los últimos años, y el déficit es reconocido por sus autoridades. “Para nosotros el tema del arbitraje es tremendo. Siempre le digo a la gente que esto pasa porque nuestros árbitros no son ‘profesionales’ en el sentido que no se dedican completamente a esto. Son por hobby o por vocación”, comenta el presidente de la Federación de Básquetbol de Chile, Irán Arcos. “Si es que fuera como en otros países, en los que el árbitro sí vive de esto, y se preparan física y psicológicamente todos los días para ello, les hacen charlas de reglamento, ven sus partidos del fin de semana y corrigen sus errores, así el porcentaje de equivocaciones bajaría. No la vas a eliminar, pero hay que disminuirla”, sostiene el directivo, argumentando también que “para ello, en el caso del básquetbol la liga debe profesionalizarse más de lo que está hoy, y el arbitraje debería ser muy bien remunerado para poder también exigirle a los jueces”. En relación a su formación, Arcos explica que en el caso del cesto nacional “existen en nuestro país la Escuela Nacional de Arbitraje, que es la que capacita y certifica. Y después existe ahí un vacío, porque debería haber un Colegio de Árbitros con instructores nacionales, que hagan correcciones, los evalúen semana a semana . Se está constituyendo y enfocando, pero falta”.

Cómo en toda actividad deportiva en Chile, los jueces reciben una remuneración por encuentro dirigido. “A los árbitros se les cancela un dinero por partido, pero no es mucho. Y ese es el problema, muchos lo hacen por vocación porque no da para vivir de esto. Ahí tenemos una deuda. Hoy se les exige mucho a los árbitros, pero lo que le damos es muy poco”, manifiesta Arcos. Por ello, en lo que respecta a esta disciplina, sus protagonistas entienden que debe seguir creciendo con ella. “El reglamento va todos los días evolucionando y los árbitros deben ser capaces de ir absorbiendo ese conocimiento y de entregárselo a los deportistas que son quienes generan el espectáculo. Hay veces que no existe esa retroalimentación”, señala Irán Arcos, al tiempo que recuerda que antes de la Liga Nacional habrá una clínica de arbitraje para los jueces dictada por un instructor internacional certificado por Fiba. Otro de los contra que tiene el básquetbol para sus árbitros es el sistema de evaluación. Hoy existe sólo una persona a cargo de su designación y de su evaluación semana a semana, una carga laboral que es muchas veces difícil de seguir. “Estamos en deuda en el tema de la evaluación. En algunos casos se hacen, pero por la cantidad de partidos, es muy difícil que sólo una persona lo lleve adelante. Es muy poco que un sólo comisionado evalúe y sancione”, reconoce Irán Arcos, al tiempo que cree que esto debe ser asumido por una comisión. De todas maneras, para el presidente de FebaChile, en el nivel actual influye también el comportamiento de los protagonistas. “Ahora, los árbitros chilenos cuando dirigen internacionalmente lo han hecho bien, generalmente son los árbitros en la final de los torneos. Y eso pasa porque afuera hay multas económicas y faltas técnicas inmediatamente para quienes no colaboran con el juego, y la verdad es que acá no colaboramos mucho”, indica.

El hockey en crecimiento

Una de las ligas que ha evolucionado en todo sentido en los últimos años es la del hockey sobre césped, y ahí sus actores creen que el tema del arbitraje “El nivel del arbitraje en el hockey, desde que estoy acá que ya son cuatro años, lo encontré al principio mal, un poco a la deriva, sin por ahí una idea clara. Pero con el paso del tiempo, se reestructuró a través de un plan que generó la Federación, con dos personas a cargo”, explica Cristian González, ex DT del Deportivo Alemán y actual entrenador de Country Club en Santiago. Uno es Diego Amoroso, que está al frente de lo relacionado con el arbitraje, las coordinaciones y su administración, y el otro, quien está en terreno, es Martin Schafer. “A partir de ahí, había una idea, y al cabo de dos, tres años, se va por el camino correcto”, agrega González. Similar es la opinión que tiene el actual entrenador de Alemán, Leandro Mantello. “El arbitraje es algo que se está trabajando, y bien, pero obviamente todavía falta bastante. En cuanto a mi experiencia, muchos de los jueces son muy intolerantes, más allá que uno a veces como técnico hable con ellos, pero lo que ellos no hacen nunca es una autocrítica, falta eso”, explica sobre un punto en el que ahondaremos más adelante. Ahora, para los actores del hockey el trabajo es el correcto porque no se da sólo en la división mayor. “Se ha generado la capacitación, la revisión en terreno. Por ejemplo, hace un mes atrás me encuentro con Martin Schafer en un partido de Sub 12, evaluando a árbitros nuevos. Entonces, el foco no está solo en Primera División, sino que en todas las categorías, y eso la verdad se está notando. Además, hay dos árbitros, Guillermo Poblete y Catalina Montecino, quienes también ya están dirigiendo a nivel internacional”, manifiesta Cristián González.también ha ido mejorando.

“Es cuestión de tiempo encontrar la calidad, pues en algunos partidos a veces se notan ciertas deficiencias. Te puedes encontrar con árbitros excelentes y otros que no son tan buenos, algo que es lógico porque aún están en un proceso de crecimiento, de desarrollo. Igual, hay presiones en los partidos, los jugadores, las pulsaciones y eso es difícil de manejar, más allá del reglamento”, precisa.

Los cuestionados del rugby

En lo que respecta al deporte de la ovalada, la crítica es generalizada. Así lo manifiesta Rodrigo Tobar, capitán de Old John’s. “En lo personal, encuentro que está pésimo el arbitraje en Chile. Estamos mal, y hay algunos árbitros que no están a la altura de un partido de Primera División, y lo puedo decir con conocimiento de causa, pues esta es mi temporada número 14 en Primera”, indica. “Hay falta de preparación y compromiso. Así como nosotros nos rompemos el lomo entrenando en la semana, con lluvia, barro y frío, el deber de un árbitro de Primera División es preparar los partidos y conocer a los equipos que van a dirigir, pues no todos son igual. Por ejemplo, hay equipos que juegan muy bien el scrum, y otros que hacen trampa en esta acción y por eso ganan el scrum. Hay árbitros que no conocen eso”, agrega el jugador británico. Sus palabras, las ejemplifica con situaciones de partido. “Nosotros estamos dándole mucho énfasis a las formaciones fijas, y cuando entramos a dominar esa faceta del juego, el árbitro en vez de resguardar al equipo, lo hace con el que dificulta eso. Si somos superiores, el arbitraje nos tiene que amparar a nosotros, ya sea en infracciones o en el reseteo del juego. Los árbitros empiezan a buscarle la quinta pata al gato cuando eres muy superior, producto del desconocimiento y su falta de capacidad”, señala.

En ese sentido, recuerda también algunas situaciones vividas en partidos recientes. “Este año, a nosotros en el partido contra Old Boys y Sporting en Viña, que perdimos, empezamos a dominar en el scrum, en los cinco metros, casi al entrar al in goal. Y en ambos casos, el árbitro reseteó el scrum y no nos otorgó penal. En ese caso, debería cobrarse algo que se llama penalty try, que es cuando hay chances ciertas de marcar, casi un try inminente y se comete una infracción para impedirlo, se cobra esto, que equivale a un try abajo de los palos. Es decir, te otorgan los siete puntos por impedir que el rival siga el movimiento natural del juego. Es como en el fútbol la roja por el último recurso”, manifiesta, argumentando también que “esto mismo nos pasó en el partido ante Old Georgians, pero ahí nos arbitró Andrés Calles, quien para mí es el mejor de Chile, y en esa misma situación, al tercer scrum cobró penalty try”. Por ello, para Tobar, el trabajo con los jueces requiere medidas urgentes en el rugby chileno. “Hay una falta de capacidad en los referis, y lo digo con conocimiento de causa. A nivel de federación sí o sí deben reforzar esa parte. Existen cobros que condicionan absolutamente un partido, y en un deporte de contacto, donde es todo tan al límite, es clave contar con árbitros muy bien preparados”, sostiene.

El fútbol, el más visible

Los errores de las últimas semanas en el fútbol nacional han traído nuevamente a la vista de todo el mundo el cuestionado nivel que tienen los jueces del balompié chileno hoy, y también la forma cómo se están formando y evaluando. En ese sentido, Sergio Román, ex juez asistente mundialista en Brasil 2014, explica algunos detalles de cómo es el trabajo de los jueces chilenos, partiendo por los requisitos para llegar al cargo. “Cuando entramos nos pedían estar estudiando o tener una profesión. Uno de los contra es que no se podía pretender vivir del arbitraje, y los requisitos eran para darle también más trasparencia”, recuerda. “Ahora los árbitros sí o sí tienen que pasar por el Inaf en Santiago o en Concepción (tiene sede en la Universidad Técnica Federico Santa María), y ahí hay cursos para profesionales de seis meses o un año, aunque el curso normal dura dos años. Uno puede aprobar el curso, pero en la práctica cambia la cosa. Porque hay que cumplir con los horarios y la parte física, entre otras obligaciones”, indica. En lo que respecta a las remuneraciones, existe también un déficit. Los jueces reciben pagos por partido dirigido y también de acuerdo a la categoría que ostentan, es decir Segunda División, Primera B, Primera División y Juez Fifa. “En Chile se paga por partido dirigido, y hace unos tres o cuatro años se hizo una especie de profesionalización, con algunos árbitros que tienen un sueldo fijo por la actividad, pero tienen que cumplir a la vez con cierta cantidad de horas de entrenamiento y de charlas”, sostiene Román. La “profesionalización” es hasta cierto punto solamente, porque hay aspectos que impiden que todavía los jueces se puedan dedicar sólo a dirigir. “El árbitro termina su carrera y no hay más. No recibe una pensión ni nada, por ejemplo”, señala Sergio Román. Eso sí, en lo que se ha mejorado, al menos en lo que significa establecer un procedimiento, es en el sistema evaluativo. “Para todos los partidos hay asesores que con una pauta evalúa al árbitro, desde la parte física y reglamentaria. Además hay controles físicos, tres o cuatro al año. Con esto se hace un escalafón a final de año, con notas del rendimiento en cancha, la parte física, también las pruebas teóricas y una nota de apreciación de la comisión”, explica Sergio Román.

De personalidad difícil

Uno de los puntos que más se le cuestiona a los jueces, de manera transversal es su poca autocrítica. “No hay peor combinación que un árbitro que desconozca el reglamento.y más encima sea soberbio. Y pasa que tú le pruebas que sabes las normas mejor a veces. Fui capitán de la selección chilena, y me tenía que saber el reglamento al revés y al derecho, y estoy al tanto de todas las modificaciones que se hacen. Y cuando un árbitro no maneja esto, y tú lo dejas de manifiesto, se pone a la defensiva. Entonces eso te condiciona también”, comenta Rodrigo Tobar de Old John’s, respecto a la situación del rugby. Algo similar expresa Leandro Mantello. “Ellos, los jugadores y los entrenadores nos podemos equivocar, es humano, pero en su caso no aceptan cuando cometen un error, y siempre creen tener la razón, y no es así. Si asumieran que a veces fallan, todo bien y ningún problema, pero no veo esa actitud autocrítica. En mi caso, además de ser entrenador soy árbitro calificado, entonces conozco bien las reglas, sé dónde un árbitro se puede equivocar o no, lo que obviamente pasa sin mala fe”, manifiesta. Para Sergio Román, es importante también el trabajo sicológico que debe tener un árbitro, incluso en términos pedagógicos con los jugadores. “Tuve charlas con el sicólogo y fueron muy buenas para mejorar unas cosas que uno cree que las hace bien y de repente las debe mejorar, en aspectos como la concentración o manejarse con jugadores que estén muy exaltados”, explica. “Los árbitros también tienen que ir enseñando, sobretodo en el fútbol joven. Hay que tener criterio, buen trato, porque muchos jugadores no son muy cultos en el tema reglamento, son buenos para reclamar, pero a veces no conocen las reglas, y hay poco autocontrol y ahí el árbitro debe poner la calma”, indica Román desde su experiencia. De todas maneras, para Sergio Román muchas veces las críticas a los jueces son demasiado destempladas. “A veces se olvida que los árbitros son personas y que se pueden equivocar. Uno nunca se quiere equivocar, son errores”, sostiene.

¿Y la tecnología?

Transversalmente, en todos los deportes creen que los elementos tecnológicos ayudarán a disminuir los errores arbitrales. “Bien aplicadas las tecnologías van a ayudar a corregir errores. Esas directrices vienen de la Fifa y ahí tendrán que ellos ver si la van a aplicar o no. Quedaron con dudas después de la Confederaciones, pero yo creo que sirve, aunque hay que revisar la forma como se lleva adelante”, manifiesta Sergio Román. “Apoyo en elementos tecnológicos: no por nada, en el hockey hace varios años que se utiliza el video ref, que es un método para jugadas y situaciones particulares. Tienes la opción de pedirlo siempre, pero si fallas en lo que expusiste lo pierdes por el resto del juego. Si no, uno pediría todo el partido por algo”, explica Leandro Mantello. En el caso del básquetbol, Irán Arcos indica que “la tecnología ha ido ayudando a que el porcentaje de error vaya disminuyendo, pero aún falta. Para llegar al nivel de la NBA que todos miramos como un referente, creo que deberíamos tener televisión en todos los partidos, con un monitor en la mesa de control para que el árbitro cuando quiera revisar una jugada pueda hacerlo” , indica, reconociendo eso sí que “eso significa ya otro costo, y hoy no creo que estén los recursos para acceder a esa tecnología”.

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