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Demasiado Alexis y muy poco Endler

Por: Paulo Inostroza 29 de Mayo 2017
Fotografía: Archivo Agencia UNO

El 23 de mayo se celebró internacionalmente el Día del Fútbol Femenino, disciplina que para algunos sigue estando en pañales, pero no es tan así. Crece y hay que abrir los ojos.

El Mes del Mar con los niños vestidos de peces y pulpos en el kínder y las Glorias Navales del 21 con desfile y sin cuenta pública, mientras un puñadito de personas escribe en Facebook que el 23 estaban de fiesta. Pocos le dan bola. Y cómo no, si también está el Día del Completo ahí entremedio.

De pronto, una noticia bien breve en una esquinita, con la cara de esa arquera chilena medianamente conocida. Una bien alta, que igual parece que algo atajaba. Días después, Alexis mete un golazo al Chelsea, levanta el título en Inglaterra y es portada. Merecido, sin duda. Igual hubo nómina de Chile. La de Pizzi con Maripán, Sagal y Mora, pero también la otra, esa que jugó ayer con Perú y también sueña con una Copa América que no será tapa de diario. La de Letelier, apellido de solitario.

Christiane Endler es chilena y juega en Valencia junto a la goleadora Yanara Aedo. Es la misma arquera que en un Sudamericano la agarraron a pelotazos partido a partido y, aunque no nos fue tan bien, se notaba que salvaba. Pero qué más iba a hacer si acá las mujeres pagan por jugar al fútbol y los mundiales hay que llevarlos a provincias para ver si llega más gente por la novedad y porque seguramente en esa ciudad no tienen más con qué entretenerse. Mejor que busque una pega, ojalá algo más de mujeres. Christiane saltó esa valla gigante y llegó a Europa, pero no a ser una anécdota, llegó a competir, a destacar.

En nuestra zona, Universidad de Concepción se transformará en el primer equipo del Bío Bío en jugar una final a nivel nacional. Las chicas de la Sub 17, criadas por Ferrer y ahora guiadas por Concha, irán por el título ante Colo Colo.

Muchachitas que sacrifican tiempo, con papás que les financian un sueño que parece simple hobbie o locura. Pero ellas quieren ser Yanara, quieren ser Endler. Porque si una lo hizo porqué no tres o cinco y quizás la puerta al fin se abre para que no solo el hombre pueda vivir de la pelotita.

Entonces, la porfiada de Endler destacó y más que eso. Brilló. Se convirtió en la primera extranjera en recibir el Premio Zamora a la arquera menos batida. Una chilena. Recibió apenas 9 goles en 23 partidos y su equipo terminó tercero, con Yanara marcando. Histórico. Tanto que su foto alcanzó para un párrafo con algunas cifras y una fotito de su cara en el diario.

Y así pasa con un montón de profesores que llevan años peleando por levantar el fútbol femenino y jamás verán su foto en los medios, pero han edificado una mentalidad nueva. Porque si alguna vez se nos hacía raro que la mujer jugara fútbol o era de amachadas, eso se acabó hace rato. Hoy ni siquiera es “normal”, es lindo, merece que vayamos a verlo. Merece una portada. De repente, una que sea.

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