Cultura y Espectáculos

‘Lucia de Lammermoor’: una cumbre en la oferta artística de la Región del Bío Bío

Por: Diario Concepción 01 de Septiembre 2017
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Por: Álvaro Gallegos M.

Tras ochos la Corporación Cultural Universidad de Concepción trajo de vuelta la ópera ‘Lucia di Lammermoor’ de Gaetano Donizetti, retorno que se produjo en gloria y majestad. La razón principal de esto fue el trabajo de la soprano Patricia Cifuentes en el rol titular. Ya consolidada en el medio local como una de las voces líricas de referencia, tanto en ópera como en conciertos, la artista puso toda su experiencia musical y escénica, para conseguir una interpretación de altísimo nivel. De infarto sus coloraturas en la afamada aria “Regnava nel Silenzio” o en la climática escena de la locura, luego que Lucía ha asesinado al hombre con quien fue forzada a casarse.

La producción total se erigió como una cumbre dentro de la habitual oferta operática de la Corcudec, que a sazón de un título al año enriquece el cultivo de esta forma artística a nivel nacional. Gonzalo Cuadra comandó esta puesta en escena, acompañado por el sólido equipo integrado por Germán Droghetti (escenografía y vestuario), Patricio Pérez (iluminación) y Daniel Flores (animaciones), dando vida a un drama que fluyó dinámicamente. En eso fue esencial el trabajo de las proyecciones escenográficas, evitando lo estático, y expandiendo visualmente el concepto total.

La Orquesta

Sinfónica Universidad de Concepción fue dirigida por el reputado maestro Francisco Rettig, gran conocedor del rol de la orquesta en el arte de hacer ópera. El conjunto, por cierto, sonó adecuado, y bien compenetrado con lo que sucedió arriba del escenario.

Pero por supuesto, Cifuentes no estuvo sola. Edgardo, su amado, fue encarnado por Sergio Járlaz, tenor cada vez más convocado en la escena lírica chilena por su desbordante talento, que implica el carisma que proyecta en escena y una sensibilidad musical innata. Igualmente notable Arturo Jiménez como Enrico, con profunda voz y personalidad en su papel. Atención merece Annya Pinto, la soprano que en el pequeño rol de Alisa alcanzó una pulida interpretación. Rony Ancavil (Arturo), Rodrigo Navarrete (Raimondo) y Francisco Tokusei (Normanno) completaron un reparto equilibrado, y cohesionado en el escenario, mientras que el Coro Universidad de Concepción, que dirige Carlos Traverso, se amoldó bien a las exigencias del montaje, aunque podría haberse pulido más musicalmente.

Tras tamaño logro, el público penquista puede esperar con ansias la ópera para el 2018 en la rica temporada que presenta la Universidad de Concepción.

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